12.10.13

Por segundo año consecutivo da inicio MI Festival de Sitges. El segundo mejor Festival de Sitges del mundo. Y, bueno, sin mayor preámbulo (retoque de tambores): "Upstream color".



"I have to apologize. I was born with a disfigurement where my head is made of the same material as the sun. It makes it impossible for you to look directly at me"
Es engañoso hablar brevemente de lo que trata "Upstream color". Podría decirse que trata sobre un hombre y una mujer que se conocen, ambos arrastrando hechos dolorosos y traumáticos en su pasado, con los que ahora deben luchar para intentar de reconstruir sus vidas, juntos. Lo que la haría sonar un poco como una película dramática-romántica no particularmente especial. Pero también podríamos decir que se trata sobre dos individuos que han comenzado a formar parte del ciclo de vida de un organismo del que ambos desconocen la existencia, pero que los consume desde dentro, sin permitirles ver el panorama general. Un panorama de sonidos amplificados, temores irracionales, luchas biológicas por la supervivencia. Todo eso es "Upstream color". Y más.
 
Hace casi 10 años Shane Carruth sacudió al género de la ciencia ficción contemporánea con su ópera prima "Primer". Una muy complicada, teórica y maravillosa revisión de los viajes en el tiempo. Tras una larga ausencia vuelve a las pantallas con una nueva y enredada trama, donde parece experimentar con los límites entre lo convencional, lo experimental y lo meramente sensitivo. "Upstream color" es una historia que en gran parte de sus momentos exige que se deje de pensar en ella en los términos más regulares de la construcción del relato, de acción-reacción. 
Uno percibe y entiende las razones inmediatas. Abrimos con lo sucedido a Kris, una mujer que pierde sus ahorros y parte de su vida tras un inusual secuestro. Vemos el suceso paso por paso, lo que sucede después y la acerca a Jeff, un hombre al que conoce en un camión. Vemos las escenas de su vida conjunta. Pero detrás del cuidado excesivo en los detalles sensoriales (los sonidos exacerbados, las tomas detalle, los colores tan nítidos, los diálogos que construyen sus universos interiores) hay una cortina que nos impide ver más allá. ¿Cómo llegaron a ese punto? ¿Cuáles son las verdaderas implicaciones de las situaciones que vivieron? ¿Cuáles son esos secretos que se extienden sobre ellos como sombras? Uno tiene que renunciar a entender y dejarse arrastrar por esa marea de emociones e imágenes que van construyendo, secretamente, extrañamente, el relato detrás de ellos. Renunciar y sumergirse. 

Al igual que con "Primer", la película corre el riesgo de que al no entenderse demasiado, al ser tan lenta y tan llena de aparentes simbolismos, el espectador pueda no establecer nunca una conexión real y termine por parecerle innecesariamente complicada e inetendible. La verdad es que por sus elementos yo hubiera creído que terminaría por perderme pero caí en el encanto del exceso de sensaciones que construyen la fuerza central de la historia. 
Fantástico modo de iniciar este Festival. Y todavía falta, uy.




¿Otras películas con toques experimentales que les gusten?

4 comentarios:

  1. Todos deberíamos montarnos nuestro própio Sitges, sobretodo después de (para mi) un año algo light en sus propuestas (y el excesivo precio de sus entradas). A mi también me has convencido con 'Upstrem Color'. No hace falta decir nada más.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Al final no pude terminar *mi* Sitges pero planeo continuar con ello en estos días que vuelvo a la carga. Aunque yo no puedo quejarme demasiado de mi año cinematográfico (más de un par de películas mexicanas que resulten destacables es prácticamente una anomalía), esta clase de agendas cinematográficas son una delicia que todos deberían disfrutar.

      Eliminar