22.10.10



22/10/10
Y en el sexto día de Sitges comenzó lo bueno. No necesito repetir una vez más (pero igual lo haré) que Miike es sin duda mi director favorito, nadie es capaz de conmoverme como él. Y encima tener la oportunidad de mirarlo en pantalla enorme ahora que está comenzando a agarrarle cariño a los grandes presupuestos, es una oportunidad única. Sólo pensar en su nueva película, "13 asesinos", me emocionaba.



"Me voy en un viaje. Tardaré mucho, pero si no vuelvo, nos veremos en el festival de los muertos"

Seguro que la historia detrás de la película comienza con Miike revisando su cada vez más corta lista de géneros cinematográficos que aún no ha dirigido y preguntándose: ¿por qué no hacer una épica samurai? Éste es el momento. Y de ahí viene esta idea de hacer un remake de la película del mismo nombre, del 63, con toda la dignidad que los presupuestos actuales y el talento de Miike podría garantizar.

La trama, bueno, como si necesitáramos saber que hay algo más que trece samurais asesinos merodeando alrededor. Concretamente se trata de una serie de problemas que surgen alrededor del medio hermano del actual emperador que es un maldito sin corazón (por ponerlo en palabras amables), al que extrañamente el propio emperador no le pone freno sino que le permite seguir ascendiendo en el poder. Como está claro que no se puede planear nada de frente a una figura tan poderosa, se ve la necesidad de contratar clandestinamente a un grupo de samurais que se encarguen del trabajo sucio. Y lo demás es fácil deducirlo.

Shimada es el samurai encargado de llevar adelante esta arriesgada misión. Podríamos resumir que la película se divide a grandes rasgos entre la organización de todo el plan y su realización, de tal modo que si bien nos venimos preparando desde el principio para el evento climático no es tampoco el único factor destacable de la película. De hecho entre la parte de organización hay una serie de escenas que nos llevan a intuir la naturaleza del medio hermano maldito que son increíblemente impactantes. Hay una a la que recurro constantemente porque me pareció brutalmente magnífica. Pero, claro, no les voy a spoilear.

Hay un reto enorme en mantener trece personajes que sostienen una importancia capital y bastante equiparable entre ellos sin que el asunto resulte de lo más desentonante. Está claro que hay figuras que resaltan necesariamente por encima de otras, pero también es cierto que al final logramos captar a cada uno de ellos de manera individual y con motivaciones distintas entre sí. Algunos nos gustarán más que otros, algunos nos convencerán más que otros, pero se consigue realmente colocar a cada uno en el punto adecuado en que podemos reconocerlo como parte esencial de la trama. En contraposición con tantos otros samurais malosos contra los que lucharan en una versión nipona de la batalla de las Termópilas.

La película tiene actores y personajes para destacar, aunque para no hacer demasiado largo el cuento yo me quedo, en definitiva, con Kôji Yakusho, que no necesita presentación, quien encarna al samurai líder, Shimada; con Takayuki Yamada, quien hace de sobrino del anterior y a quien amo desde "Crows zero" de modo que me pareció un gran detalle (y una gran sorpresa) encontrármelo aquí de nuevo (apoyo que se vuelva un actor fetiche de Miike); y Yûsuke Iseya (a quien también habíamos visto ya con Miike en "Sukiyaki western Django") quien hace del treceavo anexo al grupo. Y, claro, imposible no mencionar a Gorô Inagaki, quien encarna al lord Naritsugu Matsudaira, que es el malo malísimo de la película, que resulta tan convincente que queremos arrancarle la piel con los dientes nosotros mismos.

¿De resto? Grandísimas escenas, una recreación de época magnífica, una excelente fotografía y unas batallas que lo mantendran a uno pendiente de cada gota de sangre que se vaya salpicando. Nadie va a inventar el hilo negro de las tramas samurais, pero sin duda que las van a aprovechar al máximo al punto que el propio Kurosawa le daría una palmadita en la espalda a Miike (o eso digo yo, si no es así, Akira, no te enojes conmigo).

Para mí fue, sin duda, lo mejor del festival. Aunque claro que no puedo ser parcial cuando se trata de Miike y también debo aceptar que hubieron otras películas (que aún no he reseñado, oh) que se le acercaron bastante. Pero de que es una joya, es realmente una joya.

Miike, te amo.




¿Épica samurai favorita?






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