25.3.11


25/03/11
Entre tantos directores de los que no he visto tantas películas como quisiera, se encuentra Buñuel. No tengo excusa pero en un intento de remontar un poco el marcador a mi favor (algo imposible, pero bueno) hace poco decidí mirar una de las películas suyas que ya tenía por acá: "Ese oscuro objeto del deseo". Probablemente porque de su época francesa es de la que menos he visto, aunque también creo que quizá no fue lo más oportuno empezar de nuevo por su última película.



"My only consolation is to think that when she dies, God won't forgive her"
Un hombre está por tomar un tren desde Sevilla hacia París, por una serie de circunstancias podemos suponer que algo tiene que ver la huida con problemas de pareja. Mientras se encuentra sentado por fin en el vagón que lo llevará hasta la capital vemos como una mujer lo va buscando. Él sale a su encuentro y como única respuesta le arroja un balde de agua en la cabeza. Todos los demás personajes con los que comparte el vagón presencian el suceso y no pueden menos que preguntarse cómo un hombre que luce tan formal y amable podría haberle hecho eso a una bella mujer. Y entonces comienza la historia.

Con 'ese oscuro objeto del deseo' Buñuel nos habla de las relaciones que son tan deseadas como destructivas, del modo en que la obsesión por alguien puede hacer que todo nuestro mundo se vuelva un caos que gira únicamente en torno a esa persona. Y esa persona, en este caso en concreto, es Conchita, una joven criada de origen español que entró a trabajar en casa del mencionado hombre, Mathieu y que lo volvió loco desde el primer momento. En un intento de 'hacer las cosas bien' Mathieu fue detrás de ella con las mejores intensiones y desplegando sus mejores armas: su caballerosidad, su dinero, su apoyo desinteresado. Pero la mujer es un arma mortal, una serpiente que lo va envolviendo en su juego hasta que sea imposible salir de él, lo que llevará a Mathieu a situaciones en las que nunca se hubiera imaginado encontrarse, mucho menos por conseguir desesperadamente a una mujer.

Si bien el retrato abrumador de este tipo de relaciones podría resultar en una ecuación sencilla que todos conocemos, la emoción que Buñuel consigue imprimirle a la historia es increíblemente fuerte. Uno no puede sencillamente mirarla y establecer una distancia, es como si la propia historia jugara con uno mismo y lo obligara a participar de la misma relación enfermiza.
Lo cual juega para bien o para mal, porque mientras más efectiva es la película más fastidiado puede sentirse el espectador. Yo personalmente odié a Conchita con todos los dientes y gran parte de la película me asaltó ese deseo que muchos conocerán bien de querer gritarle al personaje protagónico que era un imbécil por seguir cayendo en sus redes. Pero, está claro, que paradójicamente eso quiere decir que la película está logrando su propósito.

Para mí el mayor acierto del director, en el modo de retratar la complejidad de estas situaciones, sobre todo desde la perspectiva de la motivación femenina, fue hacer que el personaje de Conchita fuese representado de manera arbitraria por dos actrices diferentes. Debo aceptar que al principio no me percaté del todo porque si bien no es que físicamente se parezcan, sí conseguían un cierto aire que hacía a uno comprender perfectamente que estábamos hablando siempre de la misma persona. Una persona que es dos, eso o una persona y todas sus máscaras. Conchita es entonces más que una sola mujer, es una mujer que cambia y que resulta, por tanto, imposible de entender del todo. Y me parece que eso acentuaba también la confusión de Mathieu al verlo siguiendo a una mujer sin poder darse cuenta de que ya no era la misma mujer, de que en un momento (en un cambio de escena o de toma) se había convertido en otra, y él ahí, ingenuo, sin darse cuenta.

La película es en apariencia simple pero creo que consigue una profundidad que la hace de lo más interesante. Si uno puede sobreponerse un poco a enojarse con cualquiera de los dos personajes (o si no es como yo y eso no representa un problema de ningún modo) y disfrutar entonces plenamente de la función.




Oh, para mí hubo una Conchita favorita, aunque debo aceptar que ambas hicieron un excelente trabajo, pero no puedo evitarlo. Así que:
¿Alguna película para recomendar de Ángela Molina?

0 guiños:

Publicar un comentario