2.8.12


02/08/12
Originalmente iba a limitarme a las películas que imdb considera como el top tres de Imamura, pero entonces me encontré con que "The pornographers" se encontraba hasta la octava posición. La octava. Y tuve que ignorarlo todo e ir a ella.



"Nadie puede entender la relación entre sexos. No hay forma, nadie lo puede precisar. Si fuéramos máquinas sería más fácil" 
En otro de esos ejemplos que demuestran que Imamura elegía grandes y apropiados títulos para sus películas, la traducción original es "Los pornógrafos: Introducción a la antropología". Que si algo han deducido de la obra del director por mis reseñas anteriores, es una descripción bastante adecuada para este proyecto.

"Los pornógrafos" es una película dentro de una película. Comenzamos viendo a un grupo de personajes que  se alejan hacia una zona en medio del monte para grabar lo que a todas luces parece ser una película pornográfica ilegal, tomando en cuenta lo limitado que parece el presupuesto y lo cuidadosos que son para no ser descubiertos. Tras un corte podemos deducir que los directores de la misma están viendo en una proyección sus películas para juzgarlas y de pronto aparece la imagen de una carpa ocupando toda la pantalla. Al ver el pez todos se preguntan "¿qué significa?" y es entonces cuando entramos en esa imagen y nos encontramos con la pecera donde se encuentra dicha carpa, en la habitación donde una pareja se dispone a tener relaciones. En un giro meta-narrativo, el hombre que se encuentra en la habitación es uno de los directores de la primera secuencia. 
Yoshimoto Ogata es el segundo marido de su esposa, la mantiene a ella y a los dos hijos que tuvo con su fallecido primer esposo. Aunque ellos parecen tener un buen matrimonio la tensión en el hogar es inestable: el hijo mayor está demasiado pegado a la madre y busca chantajearla constantemente a cambio de atención y dinero, justificándolo todo a través de la poca simpatía que le tiene a Ogata y a lo enfrascado que está en sus estudios. La hija, por el contrario, agradece los sacrificios que el hombre ha hecho por ellos y condena lo mucho que consciente su madre a su hermano, pero entonces se obliga a cargar ella misma con responsabilidades familiares.
Ogata es, en efecto, un director de pinku-eiga de bajísimo presupuesto (y bajísima legalidad), y aunque tiene que ver toda clase de situaciones anormales en su trabajo, finalmente es una labor que desempeña y que le permite vivir a él y a su familia. El problema es cuando se descubre dicha situación y el equilibrio familiar (no particularmente equilibrado) se revierte por completo a lo que se suma el señalamiento social, y toda la vida de Ogata comienza a cambiar a base de dicha revelación.

El pinku-eiga estaba en uno de sus momentos de mayor auge en la sociedad nipona por los años en que Imamura estrenó esta película, aunque todavía se encontraba en un límite muy mínimo de la ley lo que lo orillaba a la condena pública. Pero eso no era lo único que sucedía en Japón y el director sabía muy bien que había un gran número de causas encontrándose en el momento histórico que complicaban una situación que buscaba señalar de manera maniquea a la pornografía como 'el enemigo' del momento. Varios de esos elementos aparecen en personajes de la película, como la superstición y el apego férreo a las tradiciones obsoletas (la esposa de Ogata sufre constantemente porque cree que su difunto esposo ha reencarnado en la carpa que tienen en la casa y que la condena por haberse casado de nuevo tras su muerte), la dependencia familiar, la frustración estudiantil y la falta de dirección por parte de la juventud (representado por el hijo que dice dedicarse a los estudios cuando sólo busca una excusa para seguir viviendo a costa de su familia), el despertar sexual confuso y malinformado (representado en menor medida por la hija) y sobre todo la construcción de una imagen social intachable por encima de la verdadera calidad humana, que define a todos los sucesos desencadenados alrededor de Ogata.
Y todo ello surge precisamente a raíz de que Ogata es una excelente persona, el único defecto demostrable es su dedicación a la pornografía y es a partir de entonces que es él quien entra en este espiral de problemática social arrastrado por los demás personajes pero utilizado como catalizador de todas las culpas. En algún punto, ante la contraposición de estos dos mundos (el cinematográfico de las producciones clandestinas o el de la micro-sociedad en que se mueve el protagonista), uno tiene que preguntarse: ¿qué es lo verdaderamente pornográfico?

La película, siendo casi nada explícita y sobre todo fundamentándose en una trama de ficción, define de manera muy precisa la problemática de la época alrededor de estos géneros, además de hacerlo de una manera monumental. Y para ello me parece destacable la elección del término 'pornógrafos' que lo mismo puede ser quien produce pornografía como aquel que estudia la pornografía, y en su plural aquí sirve para denominar lo mismo a Imamura, detrás de la cámara (un director consciente de la ambigüedad entre su cercanía y lejanía con el género pinku-eiga en aquellos años), los primeros directores de cine que miran la proyección de la segunda película, donde Ogata sería también otro posible pornógrafo; tanto como el público que presencia el espectáculo o la sociedad que en aquella década se había volcado a hablar compulsivamente de la pornografía. ¿Y quién estaba libre de culpa?

Aunque no la considero la mejor obra de la filmografía del director, diría que particularmente es mi consentida de todas las que he visto de él. Me parece no sólo excelente en su temática, sino con un manejo diestro de estructura narrativa, contexto socio-histórico, configuración de personajes, y todo. Todo.




¿Película favorita que hable del submundo de la pornografía?
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