6.4.09




06/04/09
Desde hace muchísimo tiempo que /cine_alternativo, en respuesta a alguna de tantas preguntas que suelo poner en este espacio, me recomendó la película de "Little Otik". Que en su momento pasé por alto, claro. Ahora que me pregunto porque no he hecho por ver más del cine checo, sale lógicamente al caso.

"Show me your Otik. That's his name, isn't it? Don't worry, i won't eat him"

Conocía un poco de antemano de qué iba la trama y que estaba basada en un cuento checo. Creo que sólo bastaría con mirar la excelente aunque perturbadora portada del disco como para ya querer verla, ¿o soy yo? También recuerdo que en alguna ocasión Brianda me había pasado algunos cortometrajes de animación de Svankmajer que a ella parecían gustarle mucho.
El inicio tiene algo ya de perturbador, algo que asocié un poco, no sé porqué, con "Funny games". Mientras ves los diálogos iniciales solo ves acercamientos exagerados a partes de rostros de bebés que cambian vertiginosamente mientras una terrible risa algo infantil los acompaña. Ian, quien cree que los bebés por sí mismos ya son perturbadores, se inquietó desde ese momento.
Después todo se desenvuelve con un ambiente artificioso que bien podría reproducir los cuentos infantiles: personajes exagerados, dramáticos, acciones que parecen reproducirse en imágenes estáticas, personajes con características grotescas.
En la primera escena, mientras el protagonista espera a que su mujer salga del consultorio médico, mira por la ventana como un vendedor en la calle saca bebés de una enorme cubeta de madera, los limpia y pesa, los envuelve en papel periódico y los entrega a una fila de mujeres ansiosas por el suyo. Él mismo se encuentra de pie en aquella fila.
Así la línea entre lo fantástico y lo real es tan tenue que parece que no vale la pena remarcarla. Todos los sucesos reales y fantásticos se confunden hasta conformar un solo microuniverso. Donde, claro, un matrimonio que no puede tener hijos termina por adoptar de alguna madera un tronco con forma humana, hasta creerse por completo que es el niño que esperaban.
La fantasía propia de los cuentos de hadas, con esa característica crueldad que solemos encontrar en los procedentes de Europa del este, arman una película tan maravillosa como siniestra. Donde los personajes llegan al límite de sus características y todo parece ordenarse de maneras misteriosas y un poco caóticas.
Con actuaciones excelentes todo se trama dentro de un pequeño departamento de edificios, y mientras el bebé tronco se va transformando del exagerado deseo de sus padres en una criatura inquietante y con terribles necesidad alimenticias.
Es difícil sentirse cercano a personajes que parecer repelernos por momentos: una madre cuya obsesión la ha alejado de toda lógica, un padre que es incapaz de resistirse al curso caótico que han tomado los hechos, una niña obsesionada con la sexualidad, los cuentos de hadas y la necesidad de tener otro niño con quien jugar. La única que conoce el final del cuento.
Con una realización impecable, enrarecida hasta resultar atrayente, con una conjugación perfecta de animación con la trama (aunque dicen que en las otras películas del director estas escenas de animación están más presentes), es sin duda una película fantástica que uno no puede perderse. Encarnando perfectamente la esencia más terrible de los cuentos de hadas originales.
Creo que tendré que ver más películas de Svankmajer. Estoy segura de que me atraparan igualmente.

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