4.2.13


04/02/13
Y bueno, este año, contra todo pronóstico, es el primero en que se me cumple ver todas las nominadas a Mejor Película Extranjera. Sonido de fanfarrias. Y terminamos con la que pensé sería de las que más inmediatamente conseguiría: la chilena "No".



"La patria será grande cuando ningún chileno tenga miedo de otro chileno"
No estaba muy convencida de verla porque con la fugaz campaña que tuvo por acá no me resultaba particularmente atractiva. Además de que no me tragaba el acento chileno de Gael García, por más de que él me siga pareciendo un actor atractivo, aunque cada vez escoja papeles menos interesantes. Quizá fue mi falta de atención pero no tenía mucha idea de qué iba más allá de desarrollarse a finales de la dictadura de Pinochet, y como no parecía ser un denso drama sobre los hechos temía que se quedara en un retrato social superficial sobre ese momento. Estaba un poco lejos.

René Saavedra es un publicista que trabaja en una agencia en Chile, estuvo exiliado durante varios años ahora se desempeña con cierto éxito en el país, cuida de su hijo y trata de no involucrarse demasiado con las manifestaciones que hay de vez en cuando. Un día lo visita un amigo para hablar de la situación política por la que atraviesa el país: ante la presión internacional sobre el descontento con el gobierno de Pinochet, éste ha propuesto que se haga un plebiscito para que el pueblo vote de si quiere que continúe en el poder o no. Cada día la posición del 'sí' y la del 'no' tendrán quince minutos al aire para publicidad y luego vendrán las elecciones. Claramente el no la tiene mucho más difícil y algo tiene que hacerse, y es ahí donde al publicista que no quiere involucrarse demasiado con la política lo invitan a formar parte de esa campaña. 

No estoy segura de si supe alguna vez cómo se desarrolló este momento histórico más allá de quizá datos concretos. El hecho de pensar que una campaña publicitaria a finales de los años 80 pueda haber sido decisiva para finalizar una dictadura tan terrible como la chilena parece prácticamente surrealista. Y eso que no hemos llegado a la campaña en sí.

La película es producto de una profunda investigación sobre el equipo creativo detrás de la campaña del "No" que sacó a Pinochet del poder. Los detalles particulares de los personajes son ficticios y resumen un entorno mucho más amplio y complejo, dejando de lado el abordar de manera explícita los temas delicados del momento con algo así como la misma estrategia que escogieron los publicistas para evitar la denuncia salvaje y concentrarse en prometerle al país algo que había perdido: la alegría. Es cierto que la época es difícil en sí misma y eso tampoco escapa a los tintes de tensión política de la película, pero esta amenaza cierta nunca es el tema central que se nos propone y se concentra más en hablarnos del desarrollo de los personajes centrales de ambos bandos, el submundo de la publicidad y lo difícil que fue en su momento proponer una campaña tan audaz a un grupo mayoritariamente de políticos que no entendían qué tenía que esos videos de gente bailando feliz con el abuso sistemático que habían sufrido durante años. Es tan sorprendente que cuesta creer que son hechos reales, que son comerciales reales. Y el sentimiento vintage se enfatiza con la estrategia técnica empleada por el director que opta por grabar con cámaras de la época, incluso con ciertos movimientos y encuadres que pueden hasta parecer un poco raros, tanto como la edición, pero que sirven a su modo para transportarnos en el tiempo hasta una situación diferente y a un modo de ver la vida diferente. 

Mi problema a veces con este tipo de películas es que resulta muy fácil confundir una historia real que en sí misma es bastante interesante con una realización que sea por sí misma buena. En esta misma categoría tenemos otras dos historias reales, la del "Kon-Tiki" y los enredos de la corte de "A royal affair", y en ambos casos me queda bastante claro que independientemente de qué tan atractiva encuentre la historia también tienen detrás una realización impecable y una plusvalía técnica e interpretativa. Aquí no me queda del todo claro. Si bien no es que tenga una mala dirección, ni mucho menos, y en general me parece bastante correcta, siento que en lo que se refiere a elementos fuera de los que se relacionan directamente con la documentación histórica, no me dio ningún plus realmente fuerte. Si Gael García es convincente en su papel tampoco parece haberle requerido un gran esfuerzo, y su subtrama familiar no me queda claro pero tampoco me resulta interesante. De los otros personajes de los que quizá sí hubiera querido saber un poco más fuera del eje eminentemente político, no se me dice nada. Y detrás de ese constante factor sorpresa de descubrir los detalles históricos siento que la película no termina de golpearme de manera contundente como pienso el propio hecho tenía la capacidad de hacerlo. 
Siendo, sin duda, una buena película, es mi menos favorita entre las 5 nominadas y sí siento que para su elección fue esencial el contexto histórico. No hay punto de comparación con las otras 4 y ni siquiera creo que esté al nivel de otras nominadas latinoamericanas en los últimos años. 

Eso sí, de haber sabido que el guión es de Pedro Peirano no me la hubiera pensado ni un momento antes de verla, y además me hubiera encontrado con el extra de escuchar fugazmente la voz de Alvaro Díaz en algunas escenas. Si sus nombres no les suenan de nada simplemente decir que son los creadores y voces de los protagonistas de "31 minutos": Juan Carlos Bodoque y Tulio Triviño. Increíble. Más que agradable sorpresa. 




¿Otras películas chilenas que recomienden?

4 comentarios:

  1. Como bien dices, el "No" no es sobre el periodo final de dictadura, sino sobre un publicista que logró articular una campaña exitosa. Recordemos el final de la misma película. No pretende cerrar con el contexto o logro histórico, sino más bien centrarse en el personaje de Gael.

    Bueno, y acá voy a ser completamente subjetiva en mi opinión jeje... soy chilena, así que es mi favorita. Pero viendo las demás en competencia creo que sólo logra ser superada por "Amour".

    En realidad "No" es un hito en nuestro país. Primero, porque hay muchas películas ubicadas en ese tiempo oscuro de Chile, sin embargo ninguna lo había tratado desde el tema de comedia. Salpicando un drama sensible para todo un país, con humor y risas.

    Y segundo, porque la película es un ejercicio a nivel de montaje que lo lleva incluso hasta el terreno de la docuficción, mezclando imágenes reales del pasado, ficticias y utilizando actores que no ocultan su evidente paso del tiempo sobre ellos, pero que sin embargo, continua siendo verosímil.

    Saludos!

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  2. Anny Rozas: Sí, la verdad es que entiendo y comparto todos tus puntos, pero al menos para mí hay algo que en el conjunto final le resta un poco de fuerza. Pero bueno, que eso no tiene nada que ver con que sea una buena película, claro. Y por cierto, que aprovechando que seas chilena, podrías recomendarme algunas otras películas de tu país. Saludos :)

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  3. hijole mis prejuicios aun pesan y aun no la veo no mas por el prota :S

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  4. Reptilio: ¿Odias a Gael García? ¿Y eso?

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