28.7.09


28/07/09
Con un título así y una imagen así, uno tendría sus serias dudas, ¿no?
Tengo la idea de que en algún lado leí algo bueno sobre esta película pero ahora no podría decir dónde ni qué. El caso es que el poster se veía bien, el título era curioso, Ana Belén me gusta aunque nunca la había visto actuar. Pero concretamente la busqué porque después de "¿Por qué se frotan las patitas?" tenía ganas de ver algo más de Raúl Arévalo.
Esperando que fuese algo así de entretenida como la mencionada (aunque menos musical, de ser posible), me dispuse a verla con mi hermana.



"La vida es como el departamento de oportunidades de El Corte Inglés: imprevisible"

La verdad es que luego, pensándolo mejor, no habría quedado tan mal que Ana Belén cantara en alguna parte de la película. Para darle algo de sabor. El caso es que la película es un tanto particular y en su momento no supe muy bien cómo tomarla.
Va dentro de la línea del tipo de películas de no importa qué tan terrible y mediocre luzca tu vida, siempre puedes darte una segunda oportunidad. En la faceta de las que parecen enfatizar aún más lo patético de la vida que lo sentimentaloide de la segunda oportunidad.
En la historia está Ana Belén como Hortensia, una madre divorciada con un trabajo mediocre y con todas las tensiones de la vida diaria. Bastante amargada pero trabajando en sobrellevarlo. Por el otro lado está Eduard Fernández, quien creo que me desagrada un poco incluso de verlo, como Jorge, un hombre desempleado y que todo le va mal en la vida pero que siente que tiene la suerte de su lado. Con trasfondo de un programa de radio que nos habla de las cosas que hacen que la vida valga la pena, aunque probablemente se vean muy pocas de ellas en la película.
Por coincidencias algo ridículas Hortensia y Jorge terminan medio saliendo, aunque él (claro) parezca más entusiasmado con la idea que ella. Y en general a través de tropiezos, de escenas patéticas, remordimientos y alguno que otro momento emotivo, se va trazando el problemático rumbo de sus amores.

¿Y Raúl Arévalo? Bueno, aparece dos segundos como vendedor de celulares. Una pena.

Diría que quizá la película está demasiado enfocada a un cierto público como para que atrape en general. Me dejó la sensación de que si yo tuviera unos 40 años y sintiera que mi vida es terrible, quizá disfrutaría viendo cómo Ana Belén se las arregla con su terrible rutina. Incluso tiene algunos puntos buenos como ciertos monólogos internos de Hortensia y la tendencia de ambos personajes a las estadísticas y los datos curiosos pero inútiles. Pero de resto uno continua viendo la película sin animarse a dejarla pero sin tener demasiado claro porqué no lo hace.
Probablemente parte de ello se deba a que la cuestión primordial de la trama, que es la relación seudo tormentosa entre los protagónicos, no tiene ningún chiste. Ambos son divorciados, ambos parecen sobrellevarlo mal, ambos tienen problemas con sus hijos y ambos buscan (aunque lo nieguen) un buen polvo. Y de resto son casualidades y necedades. Sin ningún condimento. Uno no puede ponerse en el lugar de nadie.
Bueno, yo un poco en el del nuevo esposo de la ex esposa de Jorge, un chino al que discriminan durante toda la película. Pero en realidad es sólo parte de las escenas patéticas.

Al final uno (o yo, al menos) se pregunta: ¿qué son las cosas que hacen que la vida valga la pena?
Esta película definitivamente no es una de ellas.

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