5.12.11



05/11/11
Con un título tan curioso como "Pollo con ciruelas" llegaba la nueva incursión de Marjane Satrapi, autora y directora de "Persépolis", en el cine. Ahora dejando de lado la animación y optando por encarnar de manera física una de sus historias. Y fue por ella que me decidí a ver la película dado que la trama no me llamaba demasiado la atención.



"Es una pena, Nasser-Ali. Ésta era tu única vida"

Voy a suponer que no me llamó la atención principalmente porque el festival se supone que es de terror y esta película se veía claramente que iba tirando más hacia el lado dramático y tierno, porque lo cierto es que la trama tampoco suena del todo mal.
Nasser-Ali va de tienda en tienda en busca de un nuevo violín pero todo es inútil, ningún violín va a sonar nunca como el suyo, aquel que perdió recientemente. Después de una serie de intentos desesperados renuncia a creer que podrá volver a ser el músico que era y renuncia también a vivir. Pero suicidarse es muy doloroso y él no está convencido de ningún método, así que también decide que quiere morir y así nada más, y se encierra en su cuarto en espera de que llegue la muerte.

Con un margen tan simple como el día a día de una persona que ha decidido sencillamente morir, la película se vuelve el juego de tiempos, recuerdos, situaciones propias y ajenas, que conforman la vida de una persona. Desde el cuarto de Nasser-Ali iremos siguiendo el hilo de sus recuerdos desordenados, el modo en que el pasado se inmiscuye en su presente, la idea que tiene de los otros; pero también las otras perspectivas, los que ven todo desde fuera, las situaciones particulares que él no alcanzó a comprender, las cosas que siguieron ahí después de que él se fue.
Siguiendo casi puntualmente el desarrollo del comic original (y el 'casi' es por algunos detallitos como que en el comic el instrumento que toca no es un violín sino un instrumento de cuerda iraní, y que se minimizan los detalles referentes a la situación del país durante los años en que está ambientada), se cambia el estilo sobrio por una magia sutil pero cautivante. A mí me recordó un poco al estilo de Jeunet pero sin querer ser tan grandilocuente, mezclando sus elementos fantásticos con el de una realidad perfectamente cotidiana. Haciendo que lo 'mágico' sea más el modo en que rememoramos las cosas que las cosas por sí mismo, situación que es fácil notar al contrastar las secuencias de recuerdos con las de sus momentos concretos de los últimos días.

Cuando terminé de verla hubo algo que no terminó de convencerme. Por una parte supongo que me seguía diciendo que me hubiera gustado que Satrapi y Paronnaud repitieran con animación, aunque también admiraba su puesta en escena. Luego pensé que quizás precisamente porque me recordaba un poco a Jeunet no entendí porqué no terminaba siendo una suerte de fuegos artificiales de momentos edulcorados. Pero conforme he regresado una y otra vez a la trama, a las escenas, a la figura de Neesar-Ali, a su hija Lili (interpretada por Chiara Mastroianni), a su esposa Faringuisse, al recuerdo de Irane; la película me parecía cada vez más entrañable, cada vez más sencillamente perfecta en su estructura simple, su ritmo adecuado, su adecuada duración. Con un tono de fábula entre tierna y oscura no busca más de lo que cuenta y aún así transforma la realidad llana es un instante fantástico.

Además, tomando en cuenta que la película tiene varios tópicos que podrían haber caído más que fácilmente en el sentimentalismo, me parece que los mantiene en el tono apropiado para que se vean como lo que son sin querer obligar al espectador a reparar escandalosamente en ellos. Como es que Neesar-Ali sea músico y toda esa idea de que un músico toca con el corazón, o el recuerdo del primer amor como un sentimiento insuperable, o ya de entrada la idea romántica del hombre que se abandona a morir. Todo ello es relevante pero no se vuelve un recurso fácil, y también gracias a que Neesar-Ali es una figura tan atractiva como desesperante por momentos en que podemos verlo todo en su justa condición humana, plus el toque maravilloso de lo que vuelve del pasado para suceder de nuevo.
Me parece una pieza que sin querer hacer alarde de sí misma se convierte en una experiencia bellísima.

El siguiente proyecto de la autora parece ser un conjunto de cortometrajes animados como adaptaciones de "El profeta" de Gibran Khalil Gibran, donde trabajará con otros fantásticos animadores como Sylvain Chomet, Tomm Moore y Nina Paley. Pero mientras eso sucede algo me decide que comenzaré a hacerme del resto de sus historietas.




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