15.12.11

15/12/11
Ya había leído pésimas críticas sobre adaptación de "La Tempestad" por parte de Julie Taymor. La verdad es que ya todo sonaba un poco sospechoso pero era algo que tenía que ver por mí misma, creo que negándome a creer que algo dirigido por Taymor pudiera ser tan malo (aunque viendo su filmografía sí que podría parecer un poco irregular).



"We are such stuff as dreams are made on, and our little lives are rounded with a sleep"
Sin duda "La Tempestad" debe ser una de las obras de Shakespeare más difíciles de adaptar, aunque parte de mi confianza inicial venía de que Taymor ya había hecho un excelente trabajo adaptando "Titus" del mismo dramaturgo.
En esta versión Próspero es en realidad Próspera, interpretada por Helen Mirren (que debe ser ya casi el equivalente en mujer a Morgan Freeman en cuanto a personajes sabios se refiere), quien llegó a una isla casi desierta tras ser exiliada de su reino, en única compañía de su hija Miranda. Es la reina de la isla y con sus artes mágicas controla a las criaturas Calibán y Ariel. Años después ve naufragar cerca de sus costas a los culpables de su exilio y decide elaborar un complejo plan para conseguir su venganza.
Bueno, lo de la venganza es una forma muy básica de resumir todo, la verdad es que si alguien tomara la obra para una serie B de magia negra y sangre a presión tampoco sería una mala idea. Si hay un elemento a destacar del conjunto es sin duda la visión general de la estética de la película. Que por otra parte es lo menos que se puede esperar de la mencionada directora aunque tampoco se destaca por encima de sus otras piezas (y me lleva a preguntarme por qué no habrá recurrido a los mismos directores de arte que en "Titus"). Entre los otros aspectos técnicos uno que particularmente me encantó fue el vestuario, una mezcla de estilo clásico con elementos anacrónicos que daba un toque de rareza a algunas escenas y que en general me parecía más que bien conseguido. Y la verdad es que yo no tiendo a fijarme mucho en los vestuarios.

La adaptación es correcta en el aspecto de que están prácticamente citando a Shakespeare y, bueno, esos diálogos han pasado a la posteridad por algo, pero me parece que una serie de pequeñas decisiones van minando poco a poco el resultado final de la película.
Primero, Próspera. Yo admiro terriblemente a Helen Mirren y estoy de acuerdo en que es una de las piezas con mayor fuerza de esta representación, y no me refiero a ella sino a que se le haya cambiado el género al protagónico. La decisión parte de 'darle una distinta visión a la obra' pero a mí el cambio me pareció no sólo innecesario sino que al cambiar el significado de muchos de los momentos al ponerlos a la luz de lo femenino, le restaba fuerza o cambiaba el contorno que me parece que el personaje debió tener. Lo que en la obra me parecía una especie de fortaleza iracunda en la adaptación femenina me parecía un capricho a veces incomprensible. Y no es por ninguna connotación despectiva del género, pero es una decisión que si bien podría pasar por pequeña cambia el rumbo de la historia de manera relevante.
Luego, las decisiones del casting. Si bien a grandes rasgos es correcto, me parece que casi ninguno de los actores destaca ni de cerca en su papel, quedando como meros vínculos para recitar diálogos en inglés rebuscado. Particularmente me sacaron de quicio los actores más jóvenes, Felicity Jones y Reeve Carney, quienes interpretan a la pareja de enamorados, que parecían sencillamente maniquíes con cara de embobados. O a lo mejor eso es lo que hace el amor, pero actuar mucho más nada. Y otros personajes que creo que debieron haber sido más fuertes, como Calibán, se quedan bastante cortos.
Irónicamente los que me parecieron más apropiados fueron el dúo cómico formado por Alfred Molina y Russell Brand que al principio pensé que iba a odiarlos pero que quedan tan bien que por momentos opacan las actuaciones 'más serias'.

 Y finalmente, lo que para mí fue el principal error, fue abusar de los recursos digitales. Entiendo que es una obra más orientada hacia la fantasía y de pronto se necesitaban elementos sobrenaturales pero, ajá, seguro que Shakespeare no los tenía en su momento y se las arregló bastante bien. Los posibles recursos teatrales se sacrifican en virtud de un abuso de efectos especiales que muchas veces en su ingenuidad quedan bastante mal en el contexto en que aparecen. Como prácticamente todo lo que rodea a la figura de Ariel, quien además era uno de los personajes que me parecía más rescatable y que a veces se las veía oscuras para salvarse entre tanto efectito fuera de lugar. Con todo el respeto que Taymor me merece me parece que le daba un efecto barato al acabado final de la película. Y a partir de ahí la verdad es que es irrescatable.

No voy a decir que sea tan mala como para querer salirse del cine a la mitad pero casi, sí que había momentos en que sentía que se estaba exprimiendo tanto la obra original que resultaba doloroso. Lo único que se puede decir como conclusión es: prueba no superada.

Después de verla pensé en volver a ver "Prospero's books" de Greenaway antes de reseñarla para comparar ambas pero la verdad es que lo fui aplazando y nada. Ya en otro momento nos tocará reseñar la particular visión de Greenaway sobre esta pieza.




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