24.6.09



24/06/09
He escuchado muchas veces el tipo de comentarios de 'no me gustan las comedias estadounidenses, pero...' y en general, fuera de algunas personas cuyos gustos no tienen perdón, me he encontrado con mucha gente a la que les gustó mucho la primera parte. Yo jamás la vi porque me parecía una especie de "Toy story" a lo grande. Y sumado a que Ben Stiller me parece un actor irregular (a veces hace cosas verdaderamente graciosas y luego se presta a las mayores vergüenzas), mejor lo dejé pasar.
Pero hace unas semanas salí al cine con Stef y a cambio de no repetir "Up" tuve que aceptar ver esta segunda parte.



"We're Americans, we don't plan, we do!"

Temía un poco porque la película iba a ser doblada, en primer lugar. Y había visto ya el trailer doblado y si se supone que en el trailer deben venir los momentos más graciosos para atraer al público, me parecieron un poco penosos los chistes. Traté de pensar que era cosa del idioma pero no tendría la oportunidad de verificarlo, claro. Y además me tocó una sala repleta de niños corriendo y de padres desentendiéndose por completo de ellos. Justo mi modo ideal de ir al cine.

Bueno, como no vi la primera supuse que lo único interesante que debía saber es que había un museo, Ben Stiller, y que las cosas cobraban vida. A lo "Toy story", claro. Por lo que deduje de los primeros minutos Stiller había dejado su trabajo para volverse un rico empresario (jo, fuera tan fácil) pero todavía visitaba nostálgicamente el museo. Hasta que bla bla, van a enviarlos al Smithsonian, aunque a los almacenes, y al final todos se ven enredados en un caos que se sucede en el corazón del conjunto de importantes museos.
Hasta aquí lo básico, claro, que creo que resulta un poco larga toda la introducción y en algún punto me estaba preguntando si en realidad era una película medio infantil porque sentía que se iban mucho por la tangente. Además que debo admitir que en este caso Stiller solo, en su labor de burlar la seguridad (casi rudimentaria, claro), no es demasiado gracioso. Pero es sólo cosa que aparezca Kahmunrah y todo cambia radicalmente. Hank Azaria es genial en su papel de egipcio caprichoso y seudo malvado. En español le pusieron una voz muy nasal que no sé si tenga algo que ver con la original pero que la verdad me causaba gracia ante los comentarios que soltaba cada vez.
A partir de ahí la mayoría de los chistes que mejor efecto tienen ni siquiera son los que tienen que planearse, creo que la sola idea de dejar un gran espacio donde vayan sueltos toda clase de personajes históricos, obras de arte y objetos de todo tipo ya genera circunstancias de lo más hilarantes: nos encontramos en una escena a Kahmunrah con una bata de Muhammad Ali, al romano Octavio en versión miniatura peleando contra una hormiga, a Al Capone en blanco y negro como corresponde a su época. E inumerables situaciones absurdas que podrían tener lugar en el espacio. Llegado a un punto lo de menos resulta la trama en sí, que es que todos se peleen por la tablilla dorada, y uno sencillamente disfruta del viaje.

A veces parece que se abusa de ciertos elementos pero creo que son los riesgos lógicos de tener que amontonarlos a todos. Aunque por suerte nunca llega a ser del todo molesto, aunque uno pueda no simpatizar demasiado por algún personaje.
Incluso es cierto que siendo tantos, en general casi todos tienen su dosis exacta de aparición, que hace que aunque no ocupen demasiado tiempo en pantalla eso no signifique que han sido relegados de algún modo de la trama.

El final es claramente hollywoodense y con una gran moralina, pero a esa altura uno ha pasado un buen rato y ya puede perdonárselo sin problema. Aunque resulte demasiado edulcorado y un poco tonto para el resto de la película. (Al igual que los acertijos, que hacen pensar que los egipcios eran más ociosos que ingeniosos para sus juegos mentales).



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