6.3.10



06/03/10
Yo siempre tuve una extraña confusión entre esta película y la de "El sueño de Valentín" (o algo así). Ni siquiera estoy muy segura por qué, de una me habló Bake y de la otra Alejandra pero yo siempre juré que eran la misma. Hasta que me di cuenta que, pues no, y que me hacía falta ver ésta que además tenía buenas reseñas. Y un niño que piensa que su papá es un tomate, por si fuera poco.



"Because I dream, I am not"

También el hecho de que pensara que eran la misma y me imaginara a Léolo como una suerte de Valentín, hizo algo extraño, de entrada, que se tratara de una familia de condición baja de Canadá, con una suerte de características de lo más viscerales, y con una noción mucho menos tierna de la vida que el buen Valentín. Oh. Así que teníamos que comenzar desde cero.

Todo en esta película es engañoso y no debemos tomarlo de manera literal, lo que hace maravillas con la fuerte noción narrativa de reconstrucción de la infancia que todos solemos tener. ¿Es Léolo el niño que miramos escena tras escenas o es sólo el recuerdo de ser niño, cifrado a partir de la visión adulta? Así, por momentos el desarrollo del personaje podría parecer incongruente, además de que el elemento de fantasía hace difícil tomar las cosas tal como las vemos, pero lo cierto es que el punto más interesante es que Léolo es una reconstrucción de sí mismo y de la que fue su vida durante esos primeros años. Particularmente marcada por su más que extraña familia.

Tampoco tenemos muy clara cuál es la intención de la narración, de qué se nos está hablando realmente. Hacemos un recorrido a través de episodios concretos, algunos que pueden sonar repetitivos, otros que pueden parecer intrascendenter, pero por algo regresan después de tanto tiempo y nada es literal. Por momentos parece que la idea central va muy relacionada con la imagen en que toda la familia se encuentra en una especie de terapia grupal cuando ya casi todos ellos han sido admitidos en un centro psiquiátrico. Léolo no, pero ¿es ello una advertencia de que todo ese límite entre lo real y lo fantástico, entre su vida vulgar y su poesía, son solo un camino inexorable al mismo final familiar? Sin duda sería una hipótesis interesante, porque de otro modo nos quedamos (que tampoco es que sea tan malo) con un retrato fragmentado de una historia familiar tal y como puede ser contada. Sin hilo argumental claro, sin una moraleja final. Sólo alguien que recupera su vida al contarla.

Por alguna razón no puedo dejar de pensar en un recorrido narrativo similar que es el que realiza Jodorowski en su novela "Donde mejor canta un pájaro". Y que tiene esa bella frase que donde mejor canta un pájaro es en su árbol genealógico.

Con todo, hay algo que me faltó al momento de ver la película. O no exactamente que faltara, sino que había una sensación de que por momentos las imágenes eran tan deliberadamente chocantes que no conseguían transmitir un mensaje completo. Como si por momentos la narración quisiera convencernos forzosamente de algo que no nos estaba dando realmente. Y así, por una serie de secuencias que no encontré el modo de armar con el resto de la película, diría que me dejó finalmente con una sensación de que fue algo entretenido pero nada más. Que toda esa reconstrucción de la infancia a través de los episodios menos afortunados no funcionó por completo en el mensaje final.

No lo sé, incluso diría que es de esas películas que al recordarlas las disfrutas un poquito menos que cuando las mirabas.
No tiene nada que ver pero me quedo con Valentín, oh, a riesgo de que si volviera a verla ahora la encontraría demasiado cursi quizá.



¿Película favorita sobre la infancia (y no quiere decir necesariamente películas infantiles)?

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