12.4.10



12/04/10
Podría quedar como otra de las películas que veo en mi intento desesperado por volver a ver a Tadanobu Asano en mi pantalla, pero lo cierto es que cuando la escogí ni siquiera sabía que él aparecía (y fue una sorpresa de lo más agradable, claro). Recientemente había estado leyendo sobre la secta Aum de la Verdad Suprema, la que efectuó los ataques en el metro de Tokio hace algunos años y me encontré con que Koreeda tenía una película al respecto. Él ya me había ganado definitivamente con "After life" y aunque las sectas terroristas no son mi principal interés, esta historia en particular me llamaba.



"He encontrado lo absoluto"

Casi todos conocemos, al menos superficialmente, las historias de las sectas religiosas norteamericanas, que suelen tener un modus operandi bastante similar. También las películas que tratan sobre el tema tienen un modo de representar la historia bastante similar. Una especie de adentrarnos en ella pero con culpa, tratar de explicarlas pero de lejos. El por qué una persona cae en eso, cómo los líderes los engañan, hasta dónde llega esa fijación obsesiva con un supuesto poder superior.
Debo decir que esperaba algo más o menos similar de esta historia, aunque lo que sucedió en el grupo conformado por Shoko Asahara era un fenómeno bastante particular. Especialmente por la conformación de su secta, que estaba mayormente formada por profesionales, personas cultas, que además de los preceptos religiosos seguían una ideología social y política bastante estructurada.

Koreeda nos entrega un relato distinto, mucho más honesto y cercano de lo que hubiera imaginado. Comenzamos con un collage de vidas fragmentarias que parecen no relacionarse de ningún modo: una joven maestra que da clases, un ejecutivo en una junta, un chico con su novia, etc. De fondo escuchamos en algún noticiero que en unos días se cumplirán tres años de los atentados en el metro y habrán celebraciones para conmemorar a las víctimas.
Pero eso no es lo que nos concierne. El día en cuestión, en una estación de tren a mitad de la nada, los personajes dispares que habíamos mirado antes se encuentran y se van juntos a un sitio en medio del bosque para celebrar a su manera y comer. Pero por extrañas situaciones tienen que pasar la noche ahí, y la única cabaña que encuentran está a mitad del bosque y un hombre solo vive en ella.
Es la cabaña donde vivía la secta, el hombre que ahí vive es uno de los pocos seguidores que se libraron de las persecuciones. Y el extraño grupo que se encuentra una vez al año ahí, para celebrar a su manera, son familiares de personas que terminaron siendo arrastradas por la secta, que estaban convencidas de que sus manifestaciones tenían algún sentido, y se perdieron en todos los sucesos. De ellos sólo queda el recuerdo que esas personas aún conservan: la joven maestra cuyo esposo, también profesor, creía que debía reforzarse el sistema de educación en el país; el ejecutivo cuya esposa había encontrado el modo de sublimarse a través de la relajación y la espiritualidad que le prometía el grupo; el joven cuyo hermano mayor, médico, quería hacer algo más que salvar cuerpos; el otro joven, cuya hermana, creía que el grupo era el único modo de encontrar respuesta a sus dudas existenciales. Con ayuda del hombre que ahí vive y quien compartió los últimos momentos con sus seres queridos, tratan, como cada año, de entender.

La película es increíblemente bella, la búsqueda de la verdad más allá de las razones evidentes es el mejor modo de adentrarnos en una desgracia tan incomprensible. ¿Qué queja se esconde detrás de explosiones de gas en medio de un metro terriblemente concurrido? ¿Quiénes eras las personas que formaban parte de ese grupo y qué esperaban?
Nada es claro, nadie está seguro de lo que busca, de lo que tenía, ninguno de ellos cree ya haber conocido alguna vez a quienes amaron y luego fueron culpables de todo ello. Una trama fundamentada en recuerdos específicos, poco claros, limitados. Lo que nos queda de alguien después de que se ha ido: las otras víctimas.

Ese sencillo giro de perspectiva, que no trata de justificar lo que sucedió pero que sí está un poco más abierto a tratar de comprender, me parece, sin duda, el mejor modo en que pudo abordarse el caso para tratar de acercarse más a él. Además que Koreeda tiene una visión bellísima que hace que su estética visual corresponda con la retórica de los personajes, como si fueran un todo perfectamente armonioso. Las actuaciones de lo más precisas, no podría decidirme por cuál de los personas es el más interesante, pero sin duda hay uno ahí que esconde un secreto.
El filme puede volverse muy lento por momentos, sobre todo si uno no tiene particular interés en el suceso en concreto. Y el final es muy ambiguo, aunque me parece que se intuye ahí cuál es el discurso real de cada una de las perspectivas, basta pensar cuántas víctimas más pudieran encontrarse.

Fascinante, sin duda. Ahora quiero más de Hirokazu Koreeda, y además que ya vi que tiene al menos otra película más con Tadanobu Asano, jo.




¿Película favorita sobre sectas?

3 comentarios:

  1. Lo que no entendí bien fue el secreto del hermano de la chica. Todavía estoy comiéndome la cabeza. ¿Acaso no era su hermano sino su hijo? ¿Qué opinas?
    Por cierto, un texto precioso.

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  2. *Spoiler*
    A mí lo que me pareció es que el chico sí que había conocido a la 'hermana' pero en realidad no estaban emparentados, y que la usaba como excusa para añadirse a esas excursiones cuando su relación con los hechos era otra. Por una serie de cosas que se comentan al final como al aire me parece que el chico era más bien el hijo del líder de la secta y que no quería revelarlo porque, claro, su posición era mucho más comprometida que la de los otros, pero en realidad se encontraba en el mismo punto: sin poder entender las acciones de una persona a la que debería haber conocido y entendido mejor.
    He leído en algunas otras partes interpretaciones similares pero creo que también leí alguna otra (que justo ahora no recuerdo).
    Saludos!

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  3. Sí, tu explicación me convence y me parece muy lógica.
    Mil gracias

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