13.6.10



13/06/10
Sí, mil años después de haber enunciado que quería ir a ver "La pontífice" en el cine y cuando hasta yo creía que no se me cumpliría, me la topé en el sitio menos esperado. Ahora ya no sé si mejor hubiera visto alguna otra cosa porque, finalmente, no es que la posible historia detrás de la leyenda de la papisa me interesara demasiado. Pero, oh, tenía que descubrirlo por mí misma.



"Entonces supo que para poder beber de la fuente del conocimiento debía pagar con dolor"

Con el típico tópico del historiador encargado, la historia nos va dando una introducción a modo de voz en off (que suponemos pertenece a un monje que en la primera escena va ordenando algunos escritos) sobre la importancia de la historia de Johanna von Ingelheim, la mujer que llegó a la cabeza de la iglesia católica y que ha sido históricamente sepultada por la terrible vergüenza que representó para la iglesia. Y, a partir de ahí iremos recorriendo paso por paso lo que fue la vida de dicha mujer.

Muchos habrán escuchado ya el mito alrededor de esta papa mujer, aunque quizá no ubiquen demasiados datos concretos. Yo misma lo único que recordaba era el modo en que había quedado públicamente expuesta, aunque los detalles a veces varían de versión en versión. Conocemos muchas historias de mujeres que se han hecho pasar por hombres para gozar de todos los beneficios que les son negados a su sexo, aunque en el caso de Johanna, hay muchos huecos históricos que han sido llenados de modo conveniente. De cualquier modo, las posibles variaciones no conciernen a la película que nos presenta una versión concreta de la historia.

Johanna nació en una pequeña población a mitad de la nada, me parece que en la película la refieren como Franconia o algo así (lo cierto es que no estoy muy segura de cómo era la distribución de territorios por aquellos tiempos), alrededor del 880 d.C. Su padre era un monje que había llegado desde Britania (creo) para difundir la palabra de Dios. Tenía tres hijos, los dos mayores hombres, a quienes obviamente prefería por encima de su pequeña hija, ya que tenían un mayor acceso a la palabra de Dios. La situación se puede resumir en que era un bárbaro misógino y violento como bien podría corresponder a su época. Johanna era una joven de mente despierta con ansias de conocimiento que sólo encontraba apoyo en su hermano mayor, quien murió a temprana edad aunque permitió que la joven aprendiera a leer y a escribir en latín. Ante la insistencia del padre porque su otro hijo, quien ciertamente era el menos brillante de los tres, estudiase en la catedral, Johanna es descubierta por otro monje que aprecia verdaderamente sus capacidades aunque sea mujer. Así, de circunstancia en circunstancia, la mayoría bastante adversas ciertamente, Johanna será llevada de un sitio a otro, no siempre del mejor modo posible, pero permitiendo que vaya aprendiendo todo lo que se encuentra a su paso: desde medicina naturista hasta caligrafía. Y un largo etcétera. Pero sin duda que el principal problema que se le presenta siempre es su sexo, de modo que el único modo en que podrá continuar su camino a sus anchas es haciéndose pasar por su hermano y entrando a un monasterio donde todos la tomarán por hombre. Y aún le falta un largo camino, claro está.

La película tiene grandes puntos a favor y terribles puntos en contra. A favor diré que visualmente es una maravilla. No en el aspecto de recreación estética de las películas de época asiáticas, porque ciertamente la situación en Europa por entonces era mucho menos glamorosa (al menos hasta que llegue a Roma, oh), pero el cuidado visual que tiene en la recreación de la época es sencillamente maravilloso. Tanto en vestuarios, ambientación como en fotografía, la película es fantástica. Uno se siente realmente sumergido en cada uno de los escenarios de la vida de Johanna. Por otra parte aunque su versión infantil es bastante parca en actuación, las que la representan en su temprana adolescencia y posteriormente ya mayor, me parecen elecciones fantásticas. Tienen una fisionomía tan particular, y un aire que pasa tan sutilmente de lo femenino a lo andrógino a lo masculino, que es impresionante. Había momentos, ya cuando se travestía a conveniencia, en que yo decía "¿pero cómo no notan que es mujer? si se ve a leguas" para un par de escenas después decir "jo, pero con ese rostro, por eso es que pasaba por hombre tan fácil". Una gran elección, aunque tampoco dudo que el maquillaje y el manejo de luces hayan tenido mucho que ver al respecto también.
También, en cuestión de secuencias, tiene al menos un par que son increíblemente fantásticas, poesía por sí mismas.

Ahora, las partes terriblemente negativas: las tres terceras partes de la película son increíblemente aburridas. Lo cierto es que si uno no tiene un interés especial en la historia, o un interés especial en la vida de grandes mujeres que revolucionaron en su época, o un interés especial en la vida de grandes personajes religiosos, la película no tiene demasiado más que aportar. Es tan específica y está tan teñida casi únicamente con un mensaje religioso y feminista, que es muy difícil verla por cualquier otro lado. Es decir, no es que esté mala, pero entonces no pasará de ser más que una especie de documental muy bien hecho de un tema que no termina de interesarte demasiado. Supongo que, claro, para los que sí tengan un interés especial, será algo distinto.
Y probablemente todo eso se deba al ritmo, que es lógico cuando la trama va únicamente alrededor de la vida de alguien, que por momentos decaiga y por momentos pueda levantarse. Pero es que tiene situaciones larguísimas de momentos que igual no resultan tan interesantes. Por mencionar algo, la relación de odio con su padre debe tomar una media hora, cuando en un par de escenas nos quedaba más que claro qué era lo que estaba pasando allá. Y tomando en cuenta que la película dura más de dos horas, lo cierto es que hay partes en que uno pierde por completo el interés en lo que le sucede a Johanna.

Y lo más curioso es que parece que va levantando el vuelo, siendo que el principio es de las partes más tediosas y hacia el final cuando todo comienza a volverse a interesante, pues, claro, se acaba. No es que esos últimos veinte minutos la rescaten por completo pero al menos evita que te vayas con un terrible mal sabor de boca.

¿Detalles a resaltar? Yo estaba segura de que alguien (alguien) en la película era Faramir y estaba en lo correcto. Claro que yo tenía como tres opciones pero al menos una pegó. Y es que la ambientación del principio es muy "Señor de los anillos". Y luego tenemos a John Goodman como papa, un detalle fantástico.
Al parecer el protagónico se lo habían ofrecido originalmente a Franka Potente, pero lo cierto es que Johanna Wokalek lo hizo maravillosamente bien.


Seguro que a estas alturas no parece muy claro si la película me gustó o no. Diría que no me arrepiento de haberla visto, pero que probablemente de haber sabido cómo sería antes, la habría dejado pasar. Oh. Así que están avisados.



¿Película favorita de algún personaje religioso?


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