10.6.10



10/06/10
Y hablando de trasvestis. Ajam. Hace algún tiempo estaba platicando de cine asiático con Hyewong cuando me dijo que su película favorita de su país era, sin duda "El rey y el bufón", de la que jamás había escuchado hablar. Así que me prestó su hermosa edición especial coreana (no hay que decir lo que me costó moverme en el menú, oh) y me adentré en la época de la dinastía Chosun, mi primer acercamiento con una película de época coreana.



"All my life, I played at being blind. Now that I'm really blind, I'll never get to play it again"

Personalmente me encantan las películas de época, en especial las asiáticas, aunque creo que muchas veces se privilegia la estética por encima de la trama, consiguiendo películas visualmente magníficas con una historia sin demasiado chiste. Ahora bien, en este caso tenía una ventaja, y es que de la historia de Corea conozco muy poco en relación con otros países de Asia, lo cual bien jugado tendría un gran atractivo. Y vaya que así fue.
Al inicio de la película se nos explica que durante los periodos imperiales coreanos habían personas específicamente encargadas de relatar el día a día en la corte. De tal modo que los escritos que se han conservado al respecto sirven, históricamente, para darnos una idea de lo más precisa sobre lo que sucedía. Y en el caso concreto de la película se aborda el tiempo del rey Yeonsan, que se destacó por ser tan extravagante como cruel. Y veremos por qué.

El título la verdad es que a mí me sonaba un poco a "el príncipe y el mendigo" o algo así y temía que tuviera un cierto toque de fábula fantástica y/o moralista. Nada más alejado de la realidad, ya que si bien sí consigue un cierto toque fantástico, viene de la teatralidad inherente a algunos de los personajes.
Antes de llegar a la corte la introducción nos presenta a Jang-sang y Gong-gil, dos artistas callejeros que van de lugar en lugar haciendo presentaciones y pronto llegan a la capital a tratar de hacerse cierto nombre. Aunque hay algo bastante particular en la relación que mantienen, especialmente teniendo en cuenta que Gong-gil realmente es hombre aunque uno lo dudaría al notar su delicado y bello aspecto. Incluso al llegar a la ciudad, un adivino le pronostica que si no "tuvieras estos" (tomándolo por sus partes nobles), "serías capaz de volver loco a cualquier rey". Pronto ambos se alian con otros artistas del lugar y comienzan las representaciones. Al público le encanta el espectáculo pero Jang-sang cree que aún tienen mucho por dar, y pronto se le ocurre una especie de representación satírica sobre la corte y todos los rumores que corren alrededor de ella. Tras pocos días de presentarse son vistos por un miembro de la corte quien los manda a ser castigados por su atrevimiento pero Jang-sang va más allá: le pide que se les permita actuar para el rey, de modo que si a él mismo le parece gracioso el espectáculo no habría nada de criminal en ello. A cambio, si el rey no se ríe, eso los llevaría a la muerte.

Y todo esto es apenas el inicio de una compleja red de intrigas, representaciones, y sentimientos expuesto u ocultos arbitrariamente. Yo quisiera contarles todo pero sin duda es un espectáculo, en todo el sentido de la palabra, digno de ver. Con un cuidado sumo en cada detalle de la producción, la película recrea del mejor modo toda una época y todo un ambiente, sin perder el seguimiento de la psicología de los personajes ni el modo de operar en las cortes. Con una diestra dirección la trama puede pasar de la comedia al romance, de la sátira a la crueldad, del abuso al sacrificio, de una manera magistral. Y, especialmente, consiguiendo unos personajes magníficos, cada uno en su aspecto, que apreciamos todavía más por la belleza con que son representados y como es también representada la época.

Una película increíblemente buena, no sólo dentro de su género sino en general, de la que no se me ocurre ningún pero. Si acaso que al parecer hay dos versiones circulando, una de las cuales corta bastantes escenas sobre la relación entre Jang-sang y Gong-gil ya que a la censura le parecía que por momentos caía peligrosamente en la insinuación homosexual. Por suerte yo vi la versión extendida y me parece que sin duda la relación entre ambos personajes, más allá de cualquier posible inclinación, es uno de los retratos más bellos que he visto de amor entre dos personas. Y amor con y sin connotación sensual.


Bellísima película, ¿lo he dicho ya lo suficiente?

Plus, qué buen año para Corea, para enviarse como representante al oscar extranjero participaba esta película junto con "Time" de Kim Ki-Duk y "The host". Una pena que ninguna llegara a la terna final.




¿Alguien tiene alguna otra película de época coreana que recomendarme? :D
































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