4.6.10



04/06/10
Yo siempre me quejo por no poder ir a festivales pero cuando los hay me entero por los últimos días. Y eso me está pasando con el Distrital, que si Alejandra no me propone ir a ver alguna película lo habría dejado pasar. Y eso que hay algunas que se ven bastante interesantes.
Yo fui quien insistió en ver "Somos lo que hay" porque ya había leído algún artículo antes, y lo cierto es que una película mexicana que verse sobre el canibalismo no podía sino llamarme.



"Le sorprendería saber la cantidad de personas que se comen entre sí en esta ciudad"

Encima de todo fui por todas las razones equivocadas. Yo tenía la extraña idea de que la película era ligeramente cómica, y en lugar de eso llevé a Ale a ver una película dramática y con violencia gráfica por momentos. Luego, en el programa la película se promociona con una imagen de Giménez Cacho y se menciona claramente entre el cast. Y, les voy a spoilear esto, pero no sale más de cinco minutos, literal.

En fin, a lo que vamos. La película es la ópera prima de Jorge Miguel Grau y forma parte de los proyectos que apoya una de las escuelas de cine más importantes del país para sacar adelante buenos proyectos. No dudo que la trama sonara sin duda como un excelente proyecto.
Un hombre que parece vagabundo, obsesionado mirando maniquíes en un fancy centro comercial de la capital, muere envenedado en sus pasillos. Es tratado como un indigente y la cosa no va a más, pero en otra parte de la ciudad una familia espera que el padre llegue por la mañana, pero no es así. Alfredo y Julián, los hijos mayores, son enviados a trabajar en el mercadillo donde su padre tiene un puesto de relojes. Sabina, la menor, se queda con su madre en la casa en espera de que llegue el padre, pero no lo hace nunca. Mientras que los hijos son corridos del mercado por la líder de ambulantes, Sabina se entera de la noticia: su padre ha muerto. ¿Ahora quién llevará la comida a la casa?
Después de hacerla inútilmente de emoción durante casi media hora, nos vamos dando cuenta de que el padre proveía a la familia de algo más que el pan de cada día. De hecho cazaba a personas para que sus vástagos se alimentaran sanamente. Todo lo cual lo sabíamos desde la sinopsis, ajá. Ahora Alfredo, el hijo mayor, deberá demostrar que es capaz de ser el cabeza de familia al permitir que continuen con sus ritos, consiguiendo a alguien para cenar. Pero ir por la vida cazando personas no será el único problema que tendrá que saltar para sacar adelante a su familia.

Sé que muchos estarán pensando que suena como una gran película, y lo cierto es que la trama es de lo más apetecible y me hizo caer a mí también. También debo aceptar que se agradece que hayan ideas originales entre tantas cosas sin chiste que se producen en el país últimamente. Pero conforme la película avanza, y eso que es relativamente corta, nos va dejando la sensación de que el director tenía una idea, una sola idea, y después ya no supo qué hacer con ella. Bien, tenemos una familia de caníbales, ¿y ahora qué?

A partir de ese punto la trama parece irse por diversas subtramas que no terminan por cuajar del todo. Encima de eso ni siquiera el género concreto parece demasiado claro. Por momentos da la sensación de que es la típica película de problemas familiares (de esas que nos encanta producir en México) pero, agreguémosle el caníbalismo. Como concepto porque gran parte de la película sólo debaten en el puro 'tienes que conseguir algo' 'tienes que demostrar que' y hasta el final es que ya vemos algo más de acción. Luego, está la vertiente thriller, en que quieren meter a un par de policías que medio tratan de resolver el caso de la manera más inverosimil posible. También está esa parte en que no sabemos si el hijo mayor quiere confesar su homosexualidad o sólo es una treta, que no termina de convencerme de si es una escena de más o es, bueno, otra escena.
Oh, también está la parte en que quiere verse como 'Hostal ahora en México'. Que, debo decir, son escenas breves pero bien conseguidas y cuidadas de tal manera que no parezcan mal hechas.

Y en general creo que esa es la sensación que deja la película: que tiene sus partes buenas, sus escenas buenas, sus personajes buenos; pero al final no cuaja. El conjunto no termina de atrapar ni de convencer ni de intrigar. No podemos meternos por completo en la familia de caníbales, de la que apenas sabremos nada más, no podremos intrigarnos con el thriller tan mal armado y el final abierto no termina de llevarnos a ninguna parte.

Una pena porque, como dije, tiene muy buenos elementos que no dudo que podrían haber sido armados de excelente manera. Me quedo con una cierta sensación de que faltó arriesgarse un poco más con la trama.
A destacar los personajes femeninos, es decir, la madre y Sabina (quien es interpretada por Paulina Gaitán, quien hasta ahora siempre me ha convencido con sus personajes). Y Giménez Cacho, que aunque salga dos segundos me sigue encantando.




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