20.6.10



20/06/10
"Imprint" es un mediometraje que forma parte de la serie de películas de "Masters of horror". Una producción que pretendía abarcar a los principales exponentes del género a nivel internacional para que participaran con uno o varios episodios. Lo único establecido es que tenía que ser, claro, de terror, y que la producción sería norteamericana.
En los extras el propio Miike se pregunta por qué lo consideraron siquiera a él cuando no es realmente un director que se dedique al terror. Su teoría (y que resulta bastante lógica) es que lo que más se conocía de él a nivel internacional era "Audition", que tiene ciertos tintes de terror. Pero, bueno, ya que se lo requería, tendría que hacer una película de terror.



"This island isn't in the human world; demons and whores are the only ones living here"

Bueno, Miike en realidad también se encontró con otro problemita: la serie estaba pensada para pasarse en televisión así que le dijeron que, ajam, estaría bien si no utilizara extrema violencia para que pudiera sortear la censura necesaria. De todos modos me parece que sí fue algo censurada finalmente, aunque diría que Miike se cuidó de no irse por los extremos.

"Imprint" está basada en una novela de Shimako Iwai, quien incluso participa haciendo un cameo. En ella seguimos a Christopher, un extranjero terriblemente interpretado por Billy Drago, quien viaja de isla en isla por Japón en busca de la mujer que ama. Esto podría ser una bella historia de amor, pero no lo es en el Japón antiguo y lúgubre que Miike nos presenta. Un sitio decadente, donde es común encontrar mujeres ahogadas con la corriente, y donde las poblaciones parecen casi abandonadas, a excepción de las casas de prostitutas que aún se sostienen muy difícilmente en pie. Precisamente en estos sitios sórdidos es donde Christopher tiene que buscar a Komomo, la prostituta de quien se enamoró y a quien prometió regresar a buscar, aunque ahora está desaparecida. Ni siquiera puede ya reconocer una isla de otra, y se interna en el mundo de estas mujeres a media luz en espera de descubrir donde está el paradero de su amor. Durante la noche que transcurre la trama, contrata a una prostituta que se mantiene hacia el fondo del sitio, escudada por las sombras, y al encontrarse a solas en el cuarto con ella descubre por qué: la mitad de su rostro está deformado. La mujer, con el extravagante toque que le da su condición de geisha, mujer deforme y prostituta en desgracia, va contándole la historia de Komomo al hombre que se niega a creer sus palabras. Una historia cruel que involucra también su propia vida, y el modo terrible en que son manejadas las prostitutas por las dueñas de la casa. Pero siempre una historia a medias, donde parece que nunca quedará demasiado claro qué fue lo que sucedió con Komomo.

Sin duda el intento tan claro de hacer terror en norma no deja de resultar un poco extraño en Miike. Se esfuerza mucho en la ambientación, que sin duda es lo que mejor le sale (sin perder tampoco ese toque tan particular que caracteriza sus películas), la historia no está mal aunque me deja la sensación de que valdría más leerla; pero hay detalles que le fallan. El más evidente y probablemente también el más pesado, es la actuación de Billy Drago como protagónico. Es pésimo en toda la extensión de la palabra: no sólo no tiene una capacidad histriónica mínima sino que sencillamente no sabe actuar. Yo, disfrazada de un periodista norteamericano canoso, hubiera hecho un muchísimo mejor papel (quizá más surreal, pero se entiende), y eso ya es mucho decir. Y el hecho de que sea el protagónico, aunque no participe de los flashbacks, sólo hace que su continuo desenvolvimiento actoral sea más doloroso. Es incapaz de manifestar ninguna clase de reacción de manera convincente. Y eso que es el único que realmente sabe hablar inglés. Porque para seguir con el asunto surreal, Miike trabajó de resto con un equipo completamente japonés, muchos de los cuales ni siquiera sabían hablar inglés de modo que tuvieron que memorizar sus diálogos quizá sin saber siquiera qué decían. Aunque, claro, ese ya era el reto que establecía la película, a menos que Miike hubiera cedido a trabajar con un equipo norteamericano.
Luego, hacia el final, el giro que da la historia tiene un dejo entre dulce y amargo a serie B mala. A mí particularmente me gustó pero sin duda resultó un poco más gracioso que terrorífico, que era el marco del resto de la historia. Aunque a mí me encantan los personajes deformes de modo que la geisha protagónica me pareció adecuada, pero en conjunto logró que la historia tuviera más un aire a corto independiente que a lo que se esperaría de un capítulo de "Masters of horror" (que tampoco exageremos, porque hay unos que son mucho más terribles y sin ninguna excusa).

Por otra parte, lo más destacable es todo lo que caracteriza a Miike: las escenas de tortura, la violencia, las partes medio desagradables, y el tratar que el giro final sea tan absurdo como surreal. Porque eso es lo que nos gusta de él, aunque no siempre nos incite al miedo.

Diría que fue un buen intento pero las limitaciones que tenía arruinaron una parte de la esencia. Enfatizando, una vez más, a Billy Drago, quien no debería volver a actuar nunca.
Por otra parte, los extras donde vemos a todo el equipo hablando, viendo cómo los maquillan y viendo como consiguen cada parte de la película es bastante entretenido (aunque están pésimamente editados de modo que saltamos de un tema a otro sin ninguna clase de coherencia). Da la imagen de que trabajar con Miike debe ser algo de lo más entretenido, si tienes un retorcido sentido del humor, claro. Y no eres nada asqueroso.




A veces me dan ganas de hacer un maratón de "Masters of horror" pero con algunos de los ejemplos que he visto también me da algo de miedo. Y no por las razones por las que debería.
¿Algún episodio favorito de la serie "Masters of horror"?


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