1.8.10



31/07/10
Continuando con el paquete de terror. Mario Bava es un director que llevaba ya pendiente un buen rato en mi lista de espera, aunque pensé que tendríamos nuestro primer encuentro de una manera muy distinta. Quizá con "Cani arrabbiati" u "Operazione paura". Pero "La máscara del demonio" apareció en mi camino y tuvimos que darle una oportunidad antes.



"You, too, can feel the joy and happiness of hating"

Me cuesta un poco relacionar la película con el título, mucho más conocido, con que se distribuyó en inglés: "Black sunday". Siempre tengo la idea inconsciente de que se tratan de distintos filmes. Y es que el título, especialmente con su pronunciación en italiano, siento que le queda de maravilla.

Cuando reseñé "La maldición de la Llorona" mencioné que se dice que tiene gran influencia de esta película, aunque yo no lo compartía. Creo que fue un comentario muy parco e injusto, en realidad ambas películas parten de un mismo hecho, que posteriormente también serviría de recurso retórico fácil para un infinito número de películas de terror: una mujer (o quien quieran) es torturada hasta la muerte por alguna institución con cierta connotación inquisitoria, la cual, provista de poderes sobrenaturales, jura una venganza sobre todos los presentes y más allá.
Ambos eventos son manejados de distinta manera en cada película y en realidad, aunque la influencia es obvia, tampoco es que haya mucha más similaridad. En el caso que nos compete, además, la mujer es enterrada con una máscara horrible cuyos clavos (a modo de doncella de hierro portátil) la adhieren al rostro en cuestión. La tumba se localiza bajo una cruz para que la bruja no pueda levantarse nunca y cumplir su funesta promesa.

Pero eso nunca sale bien en las películas de terror, ¿cierto?

Y menos si Barbara Steele es esa bruja y tiene que despertarse y hacer de las suyas. Todo cuando un médico y su asistente se pierden en el bosque y deciden dar un amistoso paseo mientras el carruaje se arregla. Entran en la capilla donde yace la siniestra entidad enterrada y hacen de las suyas facilitando su posterior despertar. Para que luego vaya al encuentro de su descendencia, otra Barbara Steele pero menos bruja, su padre y su hermano, quienes caerán lentamente ante el embrujo de su antepasado maldito quien ahora desea un cuerpo joven (y arruinarles la fiesta a todos).

Los elementos son típicos de las películas de terror basados en una especie de folklore antiguo. Y el elemento italiano es innegable especialmente en la figura de la guapa protagonista que encarna los dos lados contrarios de la feminidad: la parte más inocente y la más peligrosa. Eso no siempre porque al parecer mucho del caracter de la Barbara Steele-no-bruja fue adaptado para la versión norteamericana (que al parecer fue la que me tocó ver) para que fuese un poco más apta para todos los públicos. Quitándole las divertidas partes retorcidas. Por lo cual puede que no haya apreciado la verdadera esencia de Bava en todo su esplendor.

Sin duda es una película entretenida, y destacaría principalmente la estética en blanco y negro de la época que le da un excelente toque de elegancia y oscuridad, muy apropiado para la trama. El problema es que por momentos puede ser algo alargada y llegar incluso a ser pesada, especialmente en partes que llegan a ser hasta muy cándidas, pero no sé si es por la época o por parte de la censura y re-adaptación. Diría que no la incluiría entre mi top de películas de terror viejas favoritas.




Pero aún me queda por ver más de Bava, yo lo sé.

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