9.8.10



09/08/10
Debo aceptar que conseguí esta película únicamente por su título y confundiéndola con otra. De modo que cuando yo esperaba que iniciara con música estridente y colores vertiginosos, me encontré con Richard Burton vestido como sacerdote y dirigiendo un sermón lleno de odio a una congregación que lo iba abandonando. No podría estar más confundida.



"Nothing human disgusts me, Mr. Shannon, unless it's unkind, violent"

Encima de todo, la película era dirigida por John Huston basándose en un texto de Tennessee Williams, así que caí rápidamente en la trampa.
El reverendo Lawrence Shannon forma parte de la iglesia episcopal y por su efusivo sermón inicial podemos suponer que ha sido acusado de algún acto amoral que ha ido alejando a su congregación de él. Lo siguiente que sabemos es que su iglesia, para evitarle más problemas, lo releva a una posición mucho menos problemática: para ser guía de grupos turísticos religiosos por México. Si eso parece tener algún sentido. Pero de menos problemático nada, si diriges un camión lleno de beatas enojadas incapaces de lidiar con los problemas de un viaje de bajo presupuesto por las ciudades más recónditas del país. Y si en ese camión va además Judith Fellowes, mucho más cercana a una arpía que a una mujer devota, las cosas no podrían ir peor. El asunto empeora porque Charlotte, la única joven del grupo y que apenas llega a la adolescencia, se siente deslumbrada por el reverendo (no es de extrañar siendo prácticamente el único hombre en el viaje) y no pierde oportunidad de lanzársele encima mientras que Fellowes no pierde oportunidad para recordarle que meterse con una menor de edad es un delito. Entonces sabremos que no es la primera vez que se ve envuelto en un lío de faldas con menores de edad, lo que lo llevó precisamente al punto en que se encuentra ahora.
Llegado el momento en que el camión se rebela contra él y deciden regresarse sin más a Estados Unidos y denunciarlo ante su iglesia, el reverendo toma una decisión dramática y desesperada al secuestrar el camión y llevarlas, en lugar de su cómodo hotel, a una playita perdida de la mano de Dios en Puerto Vallarta, donde el hotel, de lo más casero, es dirigido por una antigua amiga suya, Maxine Faulk. Sin que sepamos cómo esperaba el reverendo que las cosas se solucionaran, de pronto se encuentran todos atrapados en una playa lejana, lejos del resto de la civilización.

Aunque por la sinopsis uno podría pensar que gran parte de la trama se basa en situaciones, en realidad la acción se encuentra bastante reducida al primer momento de la película, el tiempo que se tarda Burton en volverse loco. A partir de ahí, ya casi limitándonos a la interacción entre el reverendo, Maxime y Hanna (una artista plástica que viaja con su abuelo poeta, intercambiando su arte por hospedaje y que llega al lugar después que el problemático grupo), la película parece limitarse al estudio del ser humano en sus condiciones más problemáticas.
Sin duda el reverendo es un hombre problemático y atormentado que en nada se acerca a la figura que uno podría tener de un hombre de fe, pero que al mismo tiempo sirve para enfatizar la relación que él tiene consigo mismo y con su religión. Por otra parte Maxine es una mujer fuerte, que parece voluptuosa y desinteresada del mundo, pero que en realidad ha tenido que forzarse esta imagen para sobrevivir. Finalmente Hanna, que es un poco la voz del sentido común, es una mujer que ha vivido con equipaje ligero, aprendiendo a sobrellevar tanto lo bueno como lo malo, amando todo al mismo tiempo que desprendiéndose de todo, lo que servirá para darle una lección a ambos.

Una gran película, que se destaca principalmente por sus excelentes actuaciones, tanto los portentosos protagónicos de Richard Burton, Ava Gardner y Deborah Kerr, tanto los secundarios que no lo hacen nada mal como Grayson Hall (de esos personajes que uno realmente llega a odiar de lo bien que encarnan su papel) y Sue Lyon. Además que los paisajes de Puerto Vallarte son preciosos, y por ahí leí que gracias a esta película fue que la mira internacional se dirigió a una pequeña playa que entonces no tenía ni aeropuerto y que, literalmente, estaba a mitad de la nada, donde el equipo seguro pasó a querer matarse algunas veces de tener que convivir sólo entre ellos.


Un enorme clásico, sin duda de lo más recomendable, especialmente si se siente inclinación por alguno de estos grandes actores.




¿Película favorita de Richard Burton?




0 guiños:

Publicar un comentario