26.5.11


26/05/11
Y, bueno, unos días atrás hablábamos del cine snuff y ahora pasamos descaradamente al gore con nada menos que "Tokyo gore police", por si no quedaba del todo claro. Hace algún tiempo reseñé "Robo-geisha" y comentaba sobre este trío de directores que se han ido por una corriente posmoderna hiperbólica y absurda. No es que me moleste en absoluto. Y ya nos tocaba comenzar con Nishimura.



"Extermination is the only answer"

Para todos aquellos que estén familiarizados con la probablemente más conocida película de Takashi Miike, "Audition", sólo tengo que decir que Eihi Shiina, quien fuese la siniestra protagonista de ese filme, aparece de nuevo aquí encarnando su papel de mujer oscura, aunque con una dimensión completamente distinta. Eso debería ser suficiente, a menos de que seas muy susceptible a los chorros de sangre al por mayor.

En un Tokio del futuro la policía cuenta con un escuadrón específico para combatir a los llamados ingenieros. La primera apariencia es que los ingenieros son personas que por una disposición especial (en sus cuerpos se encuentra una suerte de llave orgánica) se vuelven mutantes y cuando pierden una parte de su cuerpo ésta se regenera convirtiéndose en un arma. Pero la pregunta es quién se esconde detrás de esta aparente aparición arbitraria de mutantes.
Ruka es una joven cuyo padre era también policía y a quien vio morir siendo muy joven, desde entonces ha soñado con seguir sus pasos y acabar con los ingenieros, pero cada vez le queda menos clara la labor que está haciendo su escuadrón y toda la situación en general.

¿Y a partir de ahí que tenemos? Mil litros de sangre a presión, adolescentes prostitutas convertidas en mutantes híbridos de animales (o criaturas mitológicas japonesas), corrupción policíaca, sangre, gente que pierde y regenera miembros al por mayor, objetos fálicos por todos lados, criaturas gigantes, y mucha mucha sangre. Por si el título no les parecía lo suficientemente ilustrativo.

Nishimura consigue que una película con un aparente tono serio se convierta en un delirante festín de sangre donde todo puede ser tan coherente como absurdo. Con una estética relativamente cuidada (en comparación a la poca vergüenza que tiene al dejar que los cuerpos exploten a la mínima provocación) y unas grandes actuaciones, la búsqueda de una chica por 'la verdad' detrás de los complejos entramados de una sociedad completamente corrupta, puede verse tanto por sus méritos dramáticos como por su alcance máximo de lo grotesco y lo irracional.
Eh, mentira, la verdad eso de que tenga coherencia dramática sólo contribuye a que todo lo demás destaque por su demencia. Sí que tiene grandes momentos pero lo cierto es que termina por configurarse como una gran broma seria en que no sabemos a qué aferrarnos: a su aparente crítica social o a su búsqueda frenética por abusar de todos los tópicos del género.
¿Qué género? El género gore, posmoderno, de bajo presupuesto, absurdo, a veces cómico, de mutantes y cosas gigantes. O algo así. Y para que todo eso pueda orquestarse en una presentación más o menos coherente, el director se muestra como un maestro.

También lo cierto es que un gran número de espectadores pueden encontrarlo sencillamente desagradable y ridículo y restarle todos los posibles méritos al resto de la trama. Y está claro que la visión inicial de festín de sangre está más que pintado para violentar al espectador de principio a fin. Pero si uno puede superar esa agresiva visión inicial y prestar atención a los detalles que van apareciendo (los comerciales de televisión son magníficos, por ejemplo), puede que llegue a encontrarle un sentido más allá del caos por el caos.

Supongo que se me nota pero a mí me encantó, me pareció delirante pero también muy entretenida y con muy buenos puntazos de vez en cuando. Además que tiene unos elementos que podrían destacar por sí mismos si los aislamos completamente de todo, como las chicas en el 'club alternativo' y el modo en que su regeneración mutante tiene un componente grotescamente sexual, o la 'mascota' del jefe de policía de la que no se explica nada pero su sola presencia ya es más que perturbadora.
Además que me parece que Eihi Shiina, tras no haberla visto en nada por años (también es que si se pone a hacer dramas, ¿cómo espera que yo me entere?), regresa para consagrarse como una 'mujer fatal', como concepto bastante alejado de lo que fue durante el hollywood clásico.

Fantástica, y todavía tendremos un rato para hablar más de este curioso director pronto.




¿Película favorita de Yoshihiro Nishimura?

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