26.1.10



26/01/10
Todos los años, mientras miro los óscares, en realidad he visto apenas una tercera parte de las películas que incluyen y todo lo demás son conjeturas y favoritismos sin fundamento. Y suele ser porque mucho de ese cine tarda aún varios meses en aparecer en pantalla, si es que lo hace.
Así que este año me propuse que en al menos una categoría conocería a todos los nominados. Y a ver si lo cumplo. Y, bueno, me parece una buena elección que sea la categoría de película extranjera. Para la cual ya reseñé "El secreto de sus ojos" (que es mi favorita, por favoritismos subjetivos) y "The white ribbon" (que mucho temo que suena a que ganará).
Pero comienzo mi intento de ver las siete faltantes con la selección peruana.



"Comeré si me cantas y riegas esta memoria que se seca. No veo mis recuerdos, es como si ya no viviera"

Había ya leído algo de la película, probablemente a raíz de su premio en el festival de Berlín, pero no sabía entonces que era de Claudia Llosa, a quien ya conocía por "Madeinusa", y que también participaría la misma actriz que entonces, Magaly Solier. Aunque ya a los pocos minutos la estética y, especialmente el perfil de la joven actriz, dejaron en claro de qué se trataba la cosa.
La trama me había intrigado desde la sinopsis, aunque creo que la presentan de una manera un poco engañosa. La teta asustada refiere a la enfermedad del miedo, que los niños absorben de la leche materna de sus madres violadas por los guerrilleros. Fausta creció así, llena de miedo, de un miedo primigenio al abuso sexual, a la violencia, y en general una desconfianza que se extiende a todo su alrededor.
Por otro lado la sinopsis hace énfasis en detalles menos trascendentes pero sin duda más morbosos de la trama. Pero yo creo que, lo esencial, es que la película trata de una mujer sola, que teme y desconfía del mundo, y que lo único que quiere es poder enterrar a su madre en el suelo de su aldea. A partir de esta noción, de la necesidad de exponerse a la sociedad para conseguir dinero, es que nos encontramos con Fausta.

Diría que de entrada la película es un poco incómoda, y no dudo en absoluto que esa haya sido la idea original. Y me parece justo que tengamos que enfrentarnos de lleno con situaciones incómodas, con una verdad que no está maquillada ni pide disculpas. Nos encontramos con barrios pobres, con la muerte, con una sociedad oscura, con el abuso. Todo a través de una mujer que teme hablar, caminar sola, que desconfía de todo. Es una historia mórbida y bella de alguna manera, que nos molesta pero nos fascina a la vez.

La actuación de Magaly Solier es de lo más destacada. Ya lo había pensado desde "Madeinusa" y ahora no hago más que confirmarlo. Por momentos sentí que la trama, una vez presentada de lleno, se perdía un poco en el hecho sencillo de mostrarnos a Fausta temerosa sin más, que a veces llegaba a ser un poco desesperante (aunque pensándolo mejor, tras ver la película, puede que ese haya sido exactamente el mensaje: la desesperación que debe sentir también alguien que vive con miedo perpetuo). Por momentos nos da la sensación de que falta el gran golpe, la gran revelación, pero en realidad la trama no busca confrontarnos, sino también liberarnos de alguna manera, y eso no sucederá hasta que terminemos de ver la película y la reflexionemos ya por entero.

Lo mejor, sin duda, es el papel del canto quechua en la historia. Iniciamos con un diálogo madre e hija en esta lengua y a través de la trama Fausta se refugiará en el canto como único modo de transmitir sus palabras. Me pareció sumamente simbólico, sobre todo por el papel que el canto ha jugado en las culturas prehispánicas, además porque las canciones fueron un acierto increíblemente bello en cada momento. Y además me entero que la propia actriz escribió casi todas las canciones.
Incluso, quitando la parte del canto, el convertir el uso de una lengua autóctona en fuerza retórica de la película me pareció no solo una idea muy bien utilizada sino un bello homenaje a su país. Porque luego resulta (y hablo por las producciones mexicanas, porque de Perú realmente conozco muy poco) que al cine les encanta esta imagen indigenista de la sociedad, pero siempre se queda en un aspecto superficial y de falso exotismo. Aquí no hay ninguna enunciación declarada, pero esos detalles le dan una fuerza sin duda hermosa.


Ahora estoy enamorada de Magaly Solier, y bastante intrigada por Claudia Llosa, quien además escribe y produce sus películas. No dudo que en adelante cualquiera de las dos nos puedan dar gratas sorpresas (bueno, de Solier ya tengo en la mira sus otras películas, a ver qué tal).




Pero, lo cierto es que me sigo inclinando por Campanella. Oh. Nada personal, sólo le tocó un año muy competitivo sin duda.


Pero, bueno, ¿alguien tiene más cine peruano que recomendarme?

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