1.9.09



01/09/09
Bake y yo hablamos mucho sobre ver esta película durante el largo tiempo que se estuvo anunciando y el poco que estuvo en cartelera. También era difícil ubicarla porque fue terriblemente traducida como "Mi historia sin mí" (uy, imagínense a Coixet haciendo una película sobre Bob Dylan).
Y bueno, si no fuera porque tardé mi rato en conseguirla y no iba a dejar que Bake se fuera al otro lado del mundo sin verla, probablemente nuestro maratón hubiera transcurrido tranquilamente entre puras películas de pelea.



"God, I'm glad I'm not me"

Todd Haynes había ya logrado cautivarme gratamente con "Velvet Goldmine", de modo que aunque no soy precisamente fan de Bob Dylan (y más que no ser fan es que conozco muy poco de su vida) yo confiaba plenamente en él. Y me encontré con el collage de varios personajes que nos remiten de una manera u otra (algunos más claramente que otros) a la figura de este cantante.
Yo, no sé, escuché muchos comentarios sobre la película, un gran número de los cuales la inflaba de maneras insospechadas. Y quizá por eso es que me esperaba alguna otra cosa, o quizá una línea similar a la de la otra película mencionada. Pero "I'm not there." es una producción muy particular.
Leí una reseña en que alguien comentaba que la película le dejó la sensación global de estar viendo una película subtitulada pero sin los subtítulos. Creo que es exactamente el modo en el que me sentí yo. Hay una sensación constante de estar presenciando una especie de historia local que no alcanzamos a comprender del todo. Mientras que algunos fragmentos me parecen claramente entendibles (como el de Christian Bale, el de Heath Ledger, el de Cate Blanchett) otros me perdían por completo. La presencia del niño Marcus Carl Franklin más o menos podía aún pensar en qué hacía ahí, aunque no es que me convenciera demasiado. Pero ¿Rimbaud? Comenzaba a perderme. Y ¿Richard Gere? No sé, decisiones muy extrañas que creo que al final consiguieron que, para mí, no se completara el mensaje.

Además que la falta de hilación entre una historia y otra, la alteración deliberada de datos, la necesidad de referencia pero también de no ser asociado con nada. Digo, quizá eso sí sea Bob Dylan, pero al menos a mí, como espectador, no me parece que una película funcione si no logra establecerse al menos de cierta manera para todo público. Y que luego mis amigos que sí son fanáticos del cantante tengan que venir a explicarme qué punto sí y qué punto no para que yo pueda más o menos armar lo que sucede, no es que me agrade del todo.
Y creo que ese era el encanto de "Velvet Goldmine", que podías verlo como David Bowie o podía no hacerlo y disfrutar una película de un ídolo glam al estilo "Ciudadano Kane". Y luego si alguien te explicaba el chiste, lo disfrutabas más, pero no quitaba que ya lo habías disfrutado en su momento.

Y no se malinterprete porque tiene fragmentos bellísimos. Y ver a Cate Blanchett como Bob Dylan no tiene precio alguno. De hecho diría que fueron mis secuencias favoritas pero ¿soy a la única a la que le parecieron, por momentos, demasiado Fellini? El momento en que se encuentra suspendida casi caricaturescamente en el aire, me pareció una referencia demasiado evidente.
También la parte de Ledger, aunque quien brilla más en ese punto es la increíblemente bella Charlotte Gainsbourg (aunque Bake diga que ni es tan bella, a mí me encantó). Pero se arma toda esa idea de la terrible vida matrimonial con una estrella.

Fuera de eso, debo aceptar, que para mí son cabos sueltos. Adoro esas hermosas reseñas en que nos revelan las referencias escondidas de esta clase de películas pero me encuentro incapaz de realizar una cuando yo misma no conozco al personaje y tampoco me quedan demasiadas ganas por indagarlo.

Es una buena película, diría, si uno trata de verla un poco surrealistamente. Jo.














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