2.3.09



16/12/08
Comenzando a ponernos al corriento con las películas atrasadas. El día de última reunión/cena navideña con la generación, Dulce llegó poco antes a mi casa y mientras matábamos tiempo decidió ponerse a ver "La sonrisa de Mona Lisa" (siempre me ha conflictuado si es Monalisa o Mona Lisa, jo). Dulce es amante de los chick flicks y esta no podía ser la excepción, claro. Después del intercambio de agendas y la cena de pasta, terminamos todos (todos, claro, somos cuatro) en mi casa tomando whisky y viendo el final de la película. Faltaba más.



"I thought that I was headed to a place that would turn out tomorrow's leaders, not their wives"

Vi esta película cuando la pusieron en el cine y lo que más recuerdo en ese momento es que la función comenzó veinte minutos tarde y obtuve pases gratis para otras varias funciones en compensación. También hay otro episodio menos grato detrás de ella que no viene al caso.
Es, a mi punto de vista, una película demasiado femenina. Bueno, rectifico, con una temática demasiado femenina. Me pregunto si, independientemente de cumplir su posible función de entretener durante su duración, un espectador masculino realmente puede encontrar algo más en la película.
Sin demasiado qué comentar al respecto porque ya se sabe mucho y no hay un gran hilo negro qué encontrar, la película conforma una especie de universo íntimo femenino con toda clase de situaciones distintas en base a una sociedad hipócrita que proclama la libertad de la mujer mientras se le continua relegando a una posición casi despectiva.
Así tenemos a Kirsten Duns, en el papel más odioso de su vida, como una mujer en extremo conservadora que sólo aspira al matrimonio perfecto y que condena todo lo que se encuentre fuera de esas normal tan detalladamente establecidas. Julia Stiles, con un estilito que le sienta bastante bien, como una mujer con ciertas aspiraciones profesionales pero que se inclina por la posición de ama de casa y madre de familia por voluntad propia. Maggie Gyllenhaal, sorprendentemente luciendo mejor que todo el resto del elenco, como una mujer que toma las riendas de su vida y, especialmente, su sexualidad (el gran tema tabu). Finalmente, claro, Julia Roberts, la reina de las comedias románticas, siendo la maestra "revolucionaria" que pretende impulsarlas a ver más allá de su restringido papel social.
Bueno, todo suena bastante acartonado y ciertamente lo es, una especie de "La sociedad de los poetas muertos" pero adaptado a un público femenino. Es, eso sí, entretenida, y nos da una pequeña y también muy limitada lección de arte. Tenemos la gran metáfora de Van Gogh, una breve defensa a Soutine, y claro, una gran visión algo extraña de un Pollock. Lo necesario en una película de arte, vamos.
Con un discurso muy hollywoodense, abogando por los mismos valores que hoy en día encontramos en la sociedad actual solo que, claro, en versión retro. Particularmente con un vestuario que en la mayoría de los casos no le hacía mínima justicia a las protagonistas. Especialmente Kirsten Duns, que lucía terrible en la mayoría de los casos.

Y, bueno, una actualización rápida que otra cena navideña se desenvuelve detrás de mí mientras me encuentro tecleando esto. Así qué.

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