9.9.10



09/09/10
Curiosamente ayer le comentaba a /inquiline que reseñó esta misma película y ahora me toca a mí venir a hablar un poco de ella. Antes de verla la había escuchado nombre alguna vez pero tampoco sabía demasiado al respecto, y sobre todo no sabía quién era su director porque si me enteraba seguro que me lo hubiera pensado dos veces. Pero nada, con la única premisa de un título sugestivo y una parte de atrás de la cajita del dvd igual de sugestiva, me dispuse a verla con mi hermano.



"Lucie was only a victim. Like all the others. It's so easy to create a victim, young lady, so easy"

Debo decir que hay algo muy francés en este tipo de películas, en las que ha estado produciendo Francia (claro) en los últimos años para este género casi específico de violentar nuestros sentidos sin compasión. No sé si sea por el tipo de tomas o la nitidez de las mismas, por esa violencia casi pornográfica que yace encima de cualquier trama. O es un toque que aún no se puede precisar del todo pero, vamos, que funciona.

Aunque a Laugier no siempre le ha funcionado. Antes de "Mártires" dirigió "Saint Ange" que para mí fue un total fracaso tras una muy mínima premisa interesante. En ambos casos podemos decir que la idea de inicio es algo parecida: mujeres sometidas a extrañas condiciones adversas. Pero el tratamiento de esta película resulta por completo diferente.

Vemos inmediatamente a una joven, casi una niña, corriendo por entre edificios abandonados. La vemos golpeada, débil, terriblemente asustada, con apenas ropa interior sucia encima y mirando todo con temor. Corte. En una especie de documental se nos explican las condiciones en que fue encontrada: Lucie permaneció durante mucho tiempo encerrada en una habitación de un edificio abandonado, amarrada a una silla, maltratada consecutivamente durante mucho tiempo. Por una suerte imprevista logra escapar y termina confinada en un hospital donde, claro, apenas si puede soportar todos los traumas que trae encima. En ese lugar conoce a Anna, una niña que si bien es más pequeña ella, hace las veces de amiga y madre sustituta cuidando a Lucie y volviéndose prácticamente la única persona cercana a ella.
Corte.
Muchos años después, una Lucie más crecidita irrumpe en un hogar aparentemente ideal y asesina sin titubeos a toda la familia. Anna llegará tiempo después, para encontrar los cadáveres y el reguero de sangre. Pero Lucie está feliz, más feliz que nunca. En el periódico, por una publicación casual, los reconoció: las personas que la tuvieron encerrada durante su infancia.
Pero las revelaciones que todavía llegarán no serán todas precisamente agradables.

Que es una película excesivamente violenta, lo es. He leído por ahí algunas reseñas que incluso dicen que no es tan violenta (a comparación de qué, sería la siguiente pregunta), pero me imagino que se refieren a que tampoco es un baño de sangre posmoderno al por mayor, pero vaya que tiene una noción clara de la violencia y, sobre todo, del abuso. Pero tampoco es una película de violencia sin más.
Es decir, formalmente la estructura es sencilla y uno podría decir que cae en la excusa, una trama que se va hilando para proporcionarnos más escenas sangrientas y ya. Pero en teoría es mucho más, aunque de manera sutil apenas se sugiera la ideología detrás del método. Y a mí la abstracción me gana fácilmente.

La idea central de la película es, claro, el título: el mártir. La iconografía no me dejará mentir, los mártires no se la pasaban muy bien. Es un poco difícil verlo en el mundo contemporáneo porque, claro, los pocos casos en que aún podríamos utilizar el término resultan casi siempre por factores de presión social. Pero hay que recordar que los mártires de la religión sufrían por la voluntad de sufrir, por los placeres superiores del sufrimiento. Había algo de lujuria metafísica en el abuso. Y es precisamente este hueco (muy místico y poco explotado) el que la película explota: la búsqueda del entendimiento de la violencia. La filosofía de la violencia.
Y a mí me parece que, realmente cumple con eso. Entregando una película que si bien es sencilla en su realización y la estructura de su trama, tiene una reflexión posterior mucho más compleja y que uno lleva a su ritmo. Y en ese aspecto a mí me pareció fantástica.
Realmente fantástica.

En ese momento me dije que no la volvería a ver, que era demasiado fuerte. Pero creo que sí que lo volvería a ser. Quizá no pronto pero creo que también le ayudaría aún más una segunda mirada.
Lo que sí que me quedó claro es que a Laugier le encantan los hospitales-sitios con propósitos secretos, subterráneos. Y siempre resultan en sus mejores escenografías.

Por otro lado las dos protagonistas, muy guapas y muy convincentes. Además que el hecho de que por momentos parezca que tienen una similitud física muy grande y por momentos no, fue algo que me gustó, aunque no sé si haya sido deliberado.
Como siempre, el cine francés de explotación, cumpliéndole a su público.




¿Películas francesas (o de explotación, claro) que hayan visto recientemente para recomendar?






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