12.9.10



12/09/10
Ya hace algún tiempo que Achero Mañas me había cautivado con "Noviembre", aunque desde entonces le había perdido la pista. Igual todo parece indicar que no hizo mucho más (en materia de cine, al menos) durante este tiempo, hasta que hace unos días vi que habían puesto en cartelera una nueva película suya. El poster y el título no me habrían llamado mayormente la atención sino fuera porque se trataba de una producción suya, pero vaya que valió la pena leer la sinopsis y aventurarme a ir a verla.



"No vas a tener tiempo de pensarlo ¿sabes por qué? Porque los hijos, afortunadamente, son más importantes que uno mismo. Dejarás de pensar en ti porque su felicidad te va a importar más que tu sufrimiento"

Leo, Alicia y Dafne son una pequeña y algo típica familia joven. Leo es un abogado encargado de juicios familiares que espera llegar a más y que por ello vive bastante concentrado en su trabajo, mientras que Alicia es quien se encarga principalmente de cuidar a Dafne, una pequeña de cuatro años. Se podría decir que lo llevan bien aunque cayendo más en lo cotidiano que en cualquier otra cosa. Hasta que un día Alicia sufre un ataque de epilepsia mientras llevaba a Dafne a jugar al parque y muere como resultado. De la noche a la mañana Leo se encuentra con la responsabilidad de cuidar por completo de su pequeña hija y sin una idea de cómo debe de hacerlo.
Hay entonces un momento de decisión, donde Leo, completamente perdido y devastado como está, tendrá que decidir si cae en las convenciones normales, en si trata de rearmar su vida del modo más simple y conveniente posible. O si verdaderamente se enfoca en su hija y lo da todo por ella. Y aunque por momentos uno llega a creer en la fragilidad de Leo, lo cierto es que finalmente toma una decisión firme, sobre todo cuando Dafne comienza a reclamar una presencia femenina a la que se refiere como 'mamá postiza' (y que recae principalmente sobre Martha, una ex pareja de Leo que se ha aparecido al caso).
Leo no está dispuesto a regresar con Martha y, sobre todo, a buscarle un simple repuesto a su recién fallecida mujer. De modo que comienza un inocente juego con Dafne en que se maquilla y se trasviste por las noches para leerle cuentos y que ella se duerma, como solía hacer Alicia. Y así, poco a poco, y con ayuda de Álex (un transformista mayor de quien se vuelve amigo a pesar de haber tenido sus diferencias al principio), irá transformándose en Alicia, la madre que Dafne tanto reclama y necesita, aunque esa presencia pueda no ser bien vista por los otros y quizá no sea tampoco lo más sano para la niña.

Al principio tenía algunas dudas, porque la idea de la trama parece algo fantasiosa por sí misma. Como que idealmente pensaba 'sí, qué bonito, pero eso no funciona en la vida diaria'. Pero, funciona. Es decir, no es un relato que nos quieran colar como si fuese lo más natural del mundo, ni lo más tierno ante los ojos de todos porque obviamente tiene sus consecuencias. Pero la historia está narrada de tal modo que se nos muestre por completo todos los factores, lo que representa tanto el amor desmedido de Leo por su hija como la preocupación de muchas personas a su alrededor, y el modo en que él mismo comienza a tener problemas con su identidad dentro de la casa. Es sin duda un drama familiar que explica los procesos en que uno sobrelleva la pérdida de un ser querido, pero también demuestra cómo un padre es capaz de llegar hasta las últimas consecuencias por su hija sin pensar en lo que eso pueda representar para los demás.
Hay escenas terriblemente conmovedoras, como cuando Leo se presenta completamente transformado en la escuela para recoger a Dafne, ante las miradas sorprendidas de todas las personas, y declara, enfáticamente, "Yo soy Alicia, la madre de Dafne, y esa es una realidad a la que todos tendrán que acostumbrarse de ahora en adelante".

La verdad es que es una película bella, conmovedora y bastante efectiva atrapando al público. Para lo cual también ayuda las excelentes actuaciones de Juan Diego Botto como el padre protagónico (y qué guapo está, jo, tendré que indagar en su filmografía), José Luis Gomez como el transformista que lo asesora y Lucía Fernández como la hija pequeña (que además es increíblemente bonita, era una maravilla verla en cada escena desbordando ternura y viéndose bellísima, me quedé prendada de sus ojitos bellos).
Una pena, por otro lado, la participación de Najwa Nimri que es una actriz que me encanta y que en los créditos iniciales fue una grata sorpresa, pero a quien de unas películas para acá la he visto sin brillo, como fue también el caso.

La verdad es que yo sigo conmovida pensando en la película y la encuentro de lo más recomendable. Es un excelente guión llevado de una manera impecable, y que demuestra que a pesar de que parece que los dramas familiares (ya tan maltratados con tantas producciones en serie) no funcionan más, todavía quedan ideas maravillosas por contarse.




¿Película favorita sobre padres (o madres, claro) viudos que quedan al cargo de su familia?

0 guiños:

Publicar un comentario