27.9.10



27/09/10
Entonces Miike revisó la lista de todas las combinaciones posibles entre géneros cinematográficos y se dijo: oh, pero si aún no he hecho una adaptación live-action de un anime. Y gracias a que Miike no sólo es un buen director sino también un buen otaku, contamos con esta versión del conocido anime de "Yatterman" que reta a la noción de que todas las adaptaciones de caricaturas tienen que ser necesariamente malas.
Y yo, ¿cómo iba a perderme esto?



"¡Mientras Yatterman exista el mal no prosperará en este mundo! ¡Devolveremos la luz a este mundo de tinieblas!"

En realidad el anime yo no lo he visto, así que por la parte de la adaptación no puedo hablar demasiado pero de lo que sí puedo hablar es de la estética visual del anime (como género amplio). Pero, ajam, eso viene después.

"Yatterman" es un anime que comenzó en 1977 y que duró varios años y unos cuantos cientos de episodios. Tuvo una especie de breve remake que también se transmitió por televisión en Japón durante el 2008. Algunos de sus personajes ya habían salido anteriormente en otras series que conformaban a "Time Bokan". Y en el 2009 Miike no pudo resistirse a ponerle las manos encima y, además, aceptar un buen presupuesto para manejar el tema como era debido (y eso que todos sabemos que Miike ama sus bajos presupuestos).

La idea del anime que es también el concepto central de la película es bastante tópico y es algo que encontraremos recurrentemente a lo largo de un montón de animes. Pero, recuerden, eso era 1977. Ajam. Yatterman es un equipo conformado por el dúo de jóvenes, Gan Takada y Ai Kaminari, que además son pareja, y su enorme perro robot, Omotchama. Por otro lado está el trío de villanos conformado por la bella Doronjo y sus feos secuaces Boyacky y Tonzura. Ellos están en busca de las piedras calavera que están esparcidas por varios sitios del mundo y que su jefe les mandó buscar, mientras que Yatterman parece más interesado en frustrar sus intentos más que conseguir para sí mismos las piedras calavera. Bue, en la película también están ayudando a una chica cuyo padre arqueólogo desapareció en la búsqueda de las piedras.

Y, básicamente eso. Algo fantástico resulta al darse cuenta que, con todo, es una serie que inspiró muchas cosas. Por una parte hay un montón de referencias a los personajes icónicos de Mario y compañía, de nintendo, ya sea porque los uniformes de Yatterman dan un dejo a plomero tanto porque los asistentes de Doronjo son idénticos a Warrio y Waluigi (bue, quizá en el anime original no son tan idénticos, pero está claro el aire). Este mismo trío es imposible que no nos recuerde de algún modo al conocido Equipo Rocket de Pokemón, y un montón de detalles más.

Ahora bien, el punto central de esta reseña es que Miike toma la idea más esteotípica del anime, la esencia máxima de la trama animesca, y la lleva completamente a otra dimensión. A diferencia de todos los otros horribles intentos de live-action que hemos visto y en que todo termina por ser ridículo de algún modo, Miike convierte toda esa hipérbole propia del anime en una estética propia, sin tratar de emular una seriedad 'realista' que no va para nada con la trama. De tal modo que las acciones, los diálogos, la puesta en escena toda y cada uno de sus modos, están completamente inspirados por el modo en que las tramas tienen lugar en la animación. Conformando no sólo una visión fantástica sino dándole un toque magnífico a una película que por sí misma debía ser cómica. Los personajes son entrañables, toda la parafernalia de los robots gigantes y las misiones que sólo tienen sentido por sí mismas son fantásticas, y especialmente la película tiene un gran sentido del absurdo (y un sentido de lo verosimil también pero siempre respondiendo a la noción animesca) que la hacen de lo más disfrutable. Además que es fantástico ver a Miike aprovechando al máximo sus recursos, si es cierto que puede hacer grandes películas con dos pesos y la cámara más barata, también demuestra que cuando le dan presupuesto sabe poner las cosas en su lugar y hacer que todo brille.
La música animesca ni qué decir. Con su opening y ending y todo. Al final no podrán dejar de repetir "¡Yattâ! ¡Yattâ! ¡Yattâman!". Con coreografía ridícula y todo.

Yo siempre me he sentido más inclinada hacia los villanos que a los héroes, y lo cierto es que por momentos Yatterman es tan ideal que llega a resultar soso. No así el trío de villanos patéticos que son magníficos. Algo en que se destacan en la película (no sé si eso saldría también en el anime) y que es un gran detalle, es que muestran sus estrategias económicas para conseguir el dinero para sus planes malévolos. Un detallazo.

¿Qué decir? Que me encantó, disfruté como niña. Y adoré a Miike, como debe ser.




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