11.2.09



19/03/08
Mi prima lo definió brevemente como "la clase de películas que no podría ir a ver con mi marido". No es para menos, aunque su esposo es probablemente mi cuñado favorito (una categoría poco distintiva desde la premisa que somos más bien pocas mujeres en la familia) sus cuatro películas favoritas abarcan "Rocky" de la primera a la última. Todo se entiende a este punto.

A veces pienso que después de una temporada (para mí demasiado larga) en que no fui al cine de manera frecuente, ahora lo visito con cierto dejo obsesivo. En realidad no había ninguna película que quisiera ver pero siempre mi primera opción es asistir a cualquiera.
Desde la vez pasada que me encontré con Erika le propuse ver "La zona" sin saber más de ella que una escueta sinopsis y que, básicamente, era lo más rescatable en cartelera. En ese momento no fue posible pero ayer insistí una vez más, confiando que mis acompañantes eran menos quisquillosas al momento de dejarme escoger películas.
Aunque no esperaba nada del otro mundo, me atrevería a decir que "La zona" fue una verdaderamente agradable sorpresa.



"¿Quieres que te diga tu futuro? Nos vamos a ir todos a la mierda"

La única premisa real que tenía al respecto era un premio al director por mejor ópera prima. Esos premios me parecen en cierta medida dudosos, sobre todo porque siento que el mismo concepto de ópera prima es algo paradójico: ¿hasta que punto te premian por ser un buen proyecto de director y hasta dónde lo hacen objetivamente por tus verdaderos méritos, más allá de que sea tu primera película? Suena poco complejo quizá, pero a mí me genera una serie de dudas extrañas.
Si quisiera confundir aún más a alguien a quien se la recomendara más allá de lo que la sinopsis, tan ilustrativa como cualquier sinopsis, pudiera decir, me remitiría a ciertas referencias necesarias: es una mezcla entre "La aldea" de M. Night Shyamalan, "El pozo", película italiana que ya reseñé anteriormente, un poco del cuento "La muerte tiene permiso" de Edmundo Valadéz, y una visión levemente ficticia de la fragmentación social existente actualmente en México como en tantos otros países.
Ciertamente parte de la sorpresa que me provocó se debió a que fuese una producción mexicana tan bien hecha, que nuevamente aborda los problemas cotidianos en las películas mexicanas como es la violencia y las diferencias sociales, pero de un modo no sólo original sino también más serio. Siempre he dicho que después del boom que fue "Amores perros" una gran cantidad de producciones nacionales se han enfocado en una violencia desmesurada que quiere semejar a las grandes secuencias de acción hollywoodense pero que no sirve más que para distorsionar el verdadero problema inicial.
Con actuaciones excelente como las de Gimenez Cacho, quien me había cautivado de por sí desde "Perder es cuestión de método", Maribel Verdú aunque tampoco sale mayormente en la película y hasta cierto punto de Daniel Tovar, quien ciertamente pudo ser mejor pero no por ello demerita su incipiente carrera cinematográfica.
Sé que usualmente no caigo en simplemente narrar la trama, pero dado que no sé realmente qué tanta difusión vaya a tener a nivel nacional y aún más internacional (porque sin ir más lejos, yo no había escuchado hablar de ella), le contaré brevemente cómo están las cosas: Excelentemente ambientada en Toluca, estado de México, retrata una sociedad fragmentada al punto en que la clase alta ha construido una colonia completamente aislada del resto de la ciudad por muros supuestamente infranqueables, donde incluso han conseguido un amparo que les permite colocarse en la mayoría de los casos al margen de la ley. Inicio abrupto: una noche tormentosa un anuncio espectacular se cae sobre la muralla y tres jóvenes se convierten en ladrones colándose en la colonia. Tras un atraco mal logrado dos de ellos son asesinados en defensa propia pero uno queda atrapado, irónicamente, dentro de la colonia, donde los vecinos lo buscaran para someterlo a su particular concepto de justicia.
Nada de esto podría sonar especialmente original, pero me parece que se logra perfectamente al contextualizarlo de manera bastante cercana a la realidad, abordando los temas lógicos de la mentalidad burguesa (por llamarla de alguna manera), la corrupción, la ambivalencia de la justicia, la violencia imperante en nuestras sociedades y otros problemas inherentes al ser humano.
Sin duda, una excelente película que además me será útil para mi trabajo sobre la violencia en el cine actual.

¿No da gusto cuando vas al cine sin esperar nada de la película que escogerás al azar y te encuentras con tan agradables sorpresas?
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